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Pella: «El 2014 fue el peor año de mi carrera, pensé en dejar el tenis»

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Pella durante el pasado Open de Australia | Foto: zimbio.com

En otro artículo de Behind The Racquet, el tenista argentino se sincera reconociendo que estuvo muy cerca de dejar el tenis en 2014 debido a una crisis a nivel mental y no encontrar motivación suficiente. Además, añadió las dificultades que tuvo para iniciarse profesionalmente en una ciudad, Bahía Blanca, en la que no abundaban este tipo de deportistas.

Es el segundo mejor tenista argentino de la actualidad, el número 35 del mundo, y en 2019 firmó el mejor año de su carrera, llegando a los cuartos de final de un Grand Slam por vez primera, Wimbledon, y cerrando el top 20 de la clasificación mundial. Pero Guido Pella tampoco ha estado exento de las dificultades que conlleva convertirse en un deportista de élite. De todo eso habló en un nuevo artículo de Behind The Racquet, donde admite que pensó en dejar el tenis allá por 2014 al no sentir felicidad ninguna en lo que hacía. Por fortuna, todo cambió, no sin un enorme esfuerzo, todo hay que decirlo y el de Bahía Blanca logró reconducir su carrera, sobre todo desde el punto de vista mental.

Inicios duros en una ciudad poco proclive al tenis

«No resultó fácil entrenar en una ciudad tan pequeña como la mía. Mi padre solía ser mi entrenador cuando yo era pequeño. Lo necesitaba enormemente porque en mi ciudad casi nadie se decantaba por el tenis, eran mucho más de jugar al baloncesto. Ginóbili también era de aquí, así que, todos mis amigos luchaban por seguir sus pasos. No encontré muchas personas con las que poder entrenar hasta que me convertí en lo suficientemente bueno como para salir de allí y ver lo que hacían el resto de tenistas por el resto del mundo». 

El peor momento de su carrera

«El 2014 fue, con diferencia, el peor año de mi carrera. Un día me encontré en una previa de un torneo donde había ganado el primer set por 7-6 pero en el que estuve sufriendo todo el mismo. Me sentía capaz de ganar el partido pero al mismo tiempo mi cabeza no paraba de llenarse de pensamientos negativos. Sentí lo mismo en la siguiente ronda hasta que me dije a mí mismo que no quería seguir jugando así y que necesitaba irme a casa. No importaba que jugara bien, estaba siendo tan negativo que no podía pensar».

«Paré durante un tiempo. No sólo no me divertía jugando, viajando o entrenando, sino que también el esfuerzo que tenía que hacer para eso se estaba convirtiendo en algo demasiado duro para mí. Pensé en intentar alguna otra cosa a la que dedicarme. Fue un período muy triste porque lo único que tenía era el tenis y no me divertía jugando. Quise reanudar las clases en la universidad o ponerme a enseñar en algo, pero nada de eso funcionó. En el fondo, sabía que sólo quería jugar al tenis pero algo en mi interior me impedía hacerlo. Quería volver a la pista y si perdía un partido, aceptarlo y trabajar aún más duro en los entrenamientos».

Aprender de los errores y de las derrotas

«De esto es de lo que trata este deporte. Cometer errores, perder partidos, jugar muy mal pero después salir a pista para encontrar una nueva manera de ganar. Estuve tres meses alejado para trabajar mentalmente en mí mismo. Leí muchos libros de autoayuda y otros de psicología. Cuando paré, me encontraba jugando los mejores torneos del mundo, debería haber estado feliz. Dentro de mí, sabía que algo tenía que cambiar. Después de esto, comencé a abrirme más hacia la gente de mi alrededor. Me enteré de que había días en los que mi familia se sentía triste pero no por ello querían irse de casa. Se trata de encontrar tu propia felicidad, incluyendo el hecho de que haya buenos o malos días en tu vida».

Volver para disfrutar

«No quería volver por el mero hecho de pegar unas cuantas buenas derechas o reveses, sino para hacerlo feliz. Quería volver a disfrutar como cuando era pequeño. Levantarme y decirme a mí mismo: ‘Este va a ser un gran día‘. Me clasifiqué para un torneo ATP en Bogotá y sin haber entrenado mucho, gané mi primer partido para después caer en segunda ronda en otro muy igualado. Pensé que si podía jugar a este nivel simplemente siendo feliz y no sólo estando en forma, tenía que darme otra oportunidad».

La dificultad de comunicar esto a otros compañeros

«Es una pena que no hablemos entre nosotros más de este tipo de cosas. Los tenistas son muy sensibles y nunca están por la labor de dar demasiada información. Incluso si el jugador en cuestión es optimista y no tiene estos problemas, no quiere que los demás sientan eso mismo. El tenis es un deporte individual, hay mucha competencia«.

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