Consistente victoria de Pablo Carreño (6-1, 6-2 y 6-2) sobre el estadounidense Mitchell Krueger en una hora y 36 minutos. El gijonés se mete en la tercera ronda del US Open, en la que se enfrentará al ganador del Berankis-Johnson. Gran nivel de Pablo Carreño, que apunta a unos posibles octavos contra Novak Djokovic.
Pablo Carreño y Mitchell Krueger medían fuerzas por vez primera de forma oficial. Y qué mejor manera de hacerlo en un Grand Slam, al que ambos llegaban sin demasiadas sensaciones. Krueger no había jugado nada oficial hasta el pasado lunes, y Carreño perdió en segunda ronda en Cincinnati (aunque ganó el torneo en dobles).
En la primera ronda del US Open, Carreño necesitó de 5 sets para doblegar a Uchiyama, mientras que Krueger, wild card en esta edición, tuvo suficiente con 4 sets ante Joao Sousa. A pesar de la incertidumbre que despertaba el posible mermado estado físico de Pablo después de la primera ronda, el asturiano mantenía su condición de claro favorito para ganar esta segunda ronda.
Pablo, indomable desde el primer momento
El partido se podría contar en un párrafo, porque pocas diferencias hubo entre cada uno de los sets. De todas maneras, para mantener la diferenciación, es necesario comentar que el partido comenzó con un Pablo Carreño espectacular. Krueger ganaría el primer juego, y después Carreño encarrilaría 6 (más otro del segundo set) para confirmar la ya notable superioridad (6-1).
El segundo set traería una narrativa similar. Intentaría lucharlo al principio Mitchell, pero con 2-3 y saque del americano llegó el break de Carreño, que más tarde volvería a romper para anotarse la segunda manga por 6-2.
Y exactamente la misma dinámica llevaría el set final, con Carreño rompiendo con 3-2, y cerrando el partido con un nuevo 6-2.
¿Qué le espera a Carreño ahora?
Pablo Carreño, que ya se ha manejado más de una vez por las rondas finales del US Open, tiene la clara intención de regresar a la segunda ronda en 2020. Su rival de tercera ronda, sea Steve Johnson o Ricardas Berankis, no deberían complicarle demasiado el asunto. De cara a los octavos, un previsible enfrentamiento con Novak Djokovic ilusiona y aterroriza al mismo tiempo al de Gijón. Pero sabemos cómo puede llegar a jugar Pablo, y si le sale el día, puede con todo el mundo.