El tenista escocés no dio ninguna opción a su rival en el estreno de la gira de hierba en Surbiton (6-2, 6-1).
Andy Murray regresaba a escena, y lo hacía en superficie como la hierba que tantos éxitos le dio en años pasados. El escocés sacó a relucir su mejor juego a lo largo del partido para vencer a un Rodionov que en ningún momento plantó cara al buen tenis del ex número uno del mundo.
Murray volvía a las pistas tras su último torneo en Madrid a principios del mes de mayo y en donde tuvo que retirarse antes de saltar a pista frente a Novak Djokovic. El escocés regresaba a una superficie que le había dado mucho en el pasado, y es que en hierba el británico cosechó muchos logros en su carrera tenística (JJ.OO Londres 2012 y Wimbledon 2013 y 2016).
Murray da el primer paso en hierba
Murray se medía a un Rodionov que no cuenta con la experiencia del británico en pistas de hierba. El escocés estaba decidido a hacerse con el control del partido desde el inicio, y no tardó en romper el saque de su rival gracias a su tenis profundo con el que provocaba los errores continuos del austriaco, un Rodionov que no encontraba su poderoso servicio y su buena derecha con la que incomodar a Murray. Un claro 6-2 en favor del ex número uno mundial sirvió para cerrar un set que demostraba que estaba en un buen nivel en la hierba de Surbiton.
El tenista británico no se anduvo con sorpresas al inicio del segundo set y rápidamente consiguió un break que ponía las cosas muy claras a su favor en el segundo parcial, el cual confirmó poco después con una nueva rotura de servicio. Los saques directos también acompañaban a un Murray que no bajó el pie del acelerador en ningún momento y desplegó un tenis fantástico para empequeñecer a un Rodionov que no encontró la forma de hacer daño a un Murray que cedió solamente tres juegos en todo el partido para sellar su pase a la segunda ronda.