En declaraciones al medio francés RMC, el flamante número dos mundial reconoció que tenía total confianza de llevarse el trofeo en Marsella, cosa que finalmente hizo, y que, por ahora, no piensa en el número uno del mundo, sino en seguir mejorando sus prestaciones en los Grand Slams.
Aunque no lo muestre demasiado en la pista, Daniil Medvedev tiene motivos de sobra para estar feliz. Con su triunfo en la final de ayer del ATP 250 de Marsella, el tenista ruso amanece hoy como el nuevo número dos mundial, rompiendo una maldición de 15 años y ocho meses sin que nadie del denominado ‘Big Four‘ (Federer, Nadal, Djokovic y Murray) ocupase alguno de los dos primeros puestos del ranking (el último había sido Lleyton Hewitt en julio de 2005).
En declaraciones al medio francés RMC y recogidas en España por el diario AS, Medvedev reconoció que no tenía ninguna duda de que triunfaría en Marsella. Además, también admitió el ‘feeling’ especial que tiene con el país galo, no en vano, su entrenador, Gilles Cervara, es natural de Francia. De cara a sus objetivos inmediatos, el de Moscú lo tiene claro: conquistar su primer Grand Slam.
Confianza ciega de ganar en Marsella
«Estaba seguro de que iba a ganar el título en Marsella. Desde hace semanas sabía que sería el número dos del mundo. Está muy bien haber ganado este torneo antes de convertirme en el número dos mundial. He luchado contra grandes tenistas esta semana. El de hoy ha sido un partido de gran calidad, con dos jugadores de mucho nivel. Estoy muy contento de ser el campeón».
¿Francia o Rusia?
«Estoy seguro que no quiero ser francés, siempre he dicho que tengo un carácter y una mentalidad rusa. Tengo mucho respeto por Francia, un gran entrenador francés (Gilles Cervara) y una educación del tenis en Francia que me ha convertido en un gran jugador. Todo mi equipo es francés, saben cómo trabajar bien y qué hacer para llegar a la cima. Aún así, sigo siendo muy ruso y cuando regreso a Moscú, me siento en casa«.
El desafío de la tierra batida
«También tengo opciones de ganar en Montecarlo, que se juega en suelo francés. Sí, Roland Garros es un gran desafío. Soy capaz de jugar bien en tierra batida. Es un torneo que no se me da bien en cuanto al rendimiento de años anteriores, pero espero lograr un buen resultado«.
Los Grand Slams: su objetivo más inmediato
«Mi objetivo principal es seguir entrenando bien e intentar ganar cada torneo que juegue. No hay muchos lugares más por subir en el ranking ATP. Pero para ello hay que ganar Grand Slam y me quedan tres que puedo ganar este año. Haré todo lo posible para prepararlos bien».
