El ruso cumplió en su partido ante Nishikori (6-2, 6-4). Pleno de triunfos para los rusos en el singles que han demostrado que son uno de los favoritos. Buenas sensaciones del japonés que llegaba a probarse tras las molestias que arrastró toda la temporada pasada.
Rusia acabó la primera jornada con un triunfo cómodo ante Argentina. Medvedev y Rublev sumaron sus respectivos triunfos ante Schwartzman y Pella. Ni un solo set se dejaron en el camino ninguno de ellos. Luego en el dobles el combinado albiceleste pudo maquillar resultados y poner el 2-1. Con los deberes hechos en la primera jornada llegaba el turno de enfrentarse a Japón, que debutaba en esta edición.
El protagonismo del asiático recaía sobre Nishikori. El japonés volvía a competir tras un mal 2020 en el que las lesiones no le habían respetado. Su último torneo fue en Roland Garros y cayó ante Travaglia. A priori un duelo fácil para el ruso después de las sensaciones que había dejado contra `El Peque´.
Medvedev domina desde el fondo
El partido comenzó con un duelo desde el fondo de la pista. El ruso cometió algunas fallos más de los esperados y así se iban al 2-2 después que el ruso comenzara con 2-0 a su favor. Los juegos estaban igualado pero al final los puntos decisivos caían para el ruso habitualmente. Por eso a pesar de que fue un parcial atractivo y más igualado de lo que parece en el resultado.
Nishikori tenía que intentar ser más sólido desde el fondo. Comenzó mejor la segunda manga aguantando desde detrás de la línea. Además de ir por delante en el marcador, las sensaciones eran mucho mejores. Medvedev fallaba y Nishikori tenía mucha mayor velocidad de bola. El público quería ver más batalla entre ambos y por eso animaban al japonés. Kei no baja el ritmo y se sentaba en el banquillo con el 4-3 a su favor. Medvedev aguantó y esperó al momento decisivo para romper el servicio y poner el 5-4. El ruso no falló y con solvencia ganó el duelo para clasificar a Rusia a las semifinales del torneo.
