Cuando la alta sociedad de la época vivía a tope los dorados (locos) años 20, una adelantada a su tiempo hacía historia en el mundo del deporte español. Esa mujer era Lilí Álvarez, escritora, patinadora y tenista. Una de las dos mejores de la época, y la pionera del tenis patrio.
Creemos que Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez son las pioneras del tenis femenino español. Y en gran parte es verdad. Ambas han marcado un hito en el tenis de este país. Ambas han sido un referente claro de que las mujeres pueden practicar deporte a gran nivel. Y lo que es más importante, ambas han demostrado que se puede vivir del tenis como profesión. Sin duda, supusieron un cambio y, junto a otras deportistas de élite de la época, un ejemplo de ese principio que dice que lo que las niñas no ven no pueden soñar con ser porque no saben que existe. Sin embargo, Conchita y Arantxa tuvieron una antecesora que debería brillar más de lo que lo hace en los libros de historia del tenis español y de las mujeres que rompieron barreras, Lilí Álvarez.
Pionera del deporte español y primera olímpica
Elia María González-Álvarez y López-Chicheri, más conocida como Lilí Álvarez fue escritora y periodista (publicó multitud de libros y artículos); y la primera mujer española que participó en unas Olimpiadas: los de invierno de Chamonix de 1924.
Pertenecía a una familia pudiente. Su madre tenía la salud delicada y por ese motivo vivían habitualmente en Suiza. En este país el papel de la mujer era más avanzado que en España, por lo que pudo empezar a hacer deporte desde pequeña. Practicó billar cuando era niña y no llegaba ni a la mesa. Después llegaría el patinaje sobre hielo, su pasión.
Álvarez practicó numerosos deportes, destacando como tenista y patinadora, aunque también practicó esquí, alpinismo, equitación, billar y pilotó coches de carreras. También fue una de las primeras mujeres en cubrir noticias deportivas, publicando sus primeras crónicas deportivas entre 1926 y 1937.
Trayectoria como tenista
Aunque el tenis no fue su deporte favorito, fue el patinaje, destacó e hizo historia en esta disciplina. Lilí Álvarez fue una pionera en el tenis femenino español y fue la jugadora más dominante de España durante muchos años.
Consiguió tres finales consecutivas en Wimbledon (entre 1926 y 1928). En 1929 Álvarez hizo pareja con la holandesa Kornelia Bouman y ganaron el título de dobles femenino de Roland Garros.
El primer torneo que ganó fue el campeonato de Ginebra en 1919 con 14 años. En los Juegos Olímpicos de París de 1924 participó en dobles femenino junto a Rosa Torras, siendo las dos primeras mujeres deportistas en unos Juegos Olímpicos de verano. Y con José Miguel Fernández Liencres jugó en dobles mixto, llegando hasta cuartos de final.
En 1930, Lilí Álvarez ganó el torneo de Roma, considerado como el tercer torneo más importante de Europa. Ninguna otra española más lo logró hasta que lo hizo Conchita Martínez en 1993 (y donde repetiría durante cuatro años seguidos). María José Martínez sería la siguiente en conseguirlo.
En resumen, Lilí Álvarez ganó cerca de 40 torneos individuales, 19 de dobles y 21 mixtos. Venció a las mejores jugadoras de su época. Durante 1927 y 1928 fue considerada la segunda mejor jugadora del mundo después de Helen Wills, su gran rival.
El juego de Álvarez, según los expertos, fue inusualmente atrevido. En España no fue reconocido su mérito tal y como ella misma confirmó en una entrevista realizada en 1988.
Medalla de Oro al Mérito Deportivo
Lilí Álvarez murió en Madrid el 8 de julio de 1998. Mismo año que recibió la Medalla de Oro al Mérito Deportivo. No le dio tiempo a recogerlo, y lo hizo su familia a título póstumo. Desde 2017 el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades de España en colaboración con el Consejo Superior de Deportes convoca el Premio Lilí Álvarez de periodismo deportivo.
