El 2 de julio de 1994 una joven aragonesa de apenas 22 años hacía historia en la hierba londinense. El año anterior ya avisó de sus posibilidades al alcanzar las semifinales. Pero sería un año después cuando se alzaría con el título, tras ganar nada más y nada menos que a la por entonces una leyenda viva del tenis femenino, Martina Navratilova. Un triunfo que según ha comentado la propia Conchita Martínez en varias ocasiones, le cambió «la carrera y la vida».
La final duró dos horas. Pero previamente Conchita Martínez tuvo que ganar a otras dos estadounidenses de mucho nivel, Lindsay Davenport en cuartos de final y Lori McNeill (verdugo de Steffi Graff en primera ronda), con quien jugó un épico tercer set que acabó con 10-8 a su favor. En la final, como ya hemos apuntado, derrotó a Martina Navratilova por 6-4, 3-6 y 6-3, que a sus 38 años luchaba por su décimo entorchado en el All England Club.
De esta manera la joven tenista española se convertía definitivamente en una tenista a la que tener muy en cuenta en todas las superficies; consiguiendo ese sueño que tantas veces se le pasó por al cabeza cuando de pequeña imaginaba que el frontón de su pueblo natal, Monzón (Huesca) era la propia Martina Navratilova.
Campeona también como entrenadora
Conchita Martínez conseguía, por tanto, ser la primera española en ganar el torneo de Wimbledon. Y no sería hasta 2017, si solo nos fijamos en el circuito femenino y dejamos el triunfo de Rafael Nadal a un lado, cuando otra española igualaría su hazaña. Fue Garbiñe Muguruza que curiosamente escogió como preparadora para el torneo, debido a la imposibilidad de su entrenador oficial Sam Sumyk, a la propia Conchita Martínez.
Este año también acudirá a Londres. Esta vez acompañando a la checa Karolina Pliskova, que junto a la de Monzón está cosechando una muy buena temporada. Situada en el puesto 3 mundial, ha conquistado los torneos de Roma (torneo talismán de Conchita Martínez) y de Brisbane (Australia). Ha sido finalista en Miami y semifinalista del Open de Australia.
