Si nombramos a Svetlana, indudablemente pensamos en ella como una de las grandes protagonistas de la época dorada del tenis ruso: campeona en tres ocasiones dentro de la Fed Cup -junto a las históricas Myskina, Zvonareva y Vesnina-. Alcanzó la gloria en el Abierto de los Estados Unidos y en Roland Garros, venciendo a dos compatriotas: Dementieva y Safina. En el día de su cumpleaños, repasamos el impacto de Kuznetsova en la dinastía rusa.
La irrupción en el circuito
En la temporada 2002, Kuznetsova llegaba a Finlandia para disputar la edición inaugural del Nordic Light Open. Tan sólo un año antes, la oriunda de San Petersburgo había hecho su debut dentro del cuadro principal de un torneo WTA en Madrid.
En Espoo atravesó la clasificación a paso firme, continuando su trayecto tras imponerse contra Patty Schnyder y Martina Sucha, tercera y quinta cabezas de serie, para finalmente estrenar vidriera al vencer a Denisa Chladkova en la última instancia.
La cuadrilla rusa que lideró en 2004
En 2004, la cuadrilla rusa decía presente en el Abierto de Francia: 12 participantes representaban a la bandera tricolor, 8 de ellas integraban la siembra: Myskina, Petrova, Dementieva, Zvonareva, Kuznetsova, Sharapova, Bovina y Safina.
Aquella edición marcaría el comienzo de una gran historia. Myskina era la nueva campeona de Roland Garros tras derrotar en la final a su coterránea Dementieva y además, se convertía en la primera tenista rusa en conquistar un título de Grand Slam. Semanas después, Wimbledon recibía a las mismas contendientes como favoritas pero la vencedora esta vez sería María Sharapova con 17 años de edad.
Kuznetsova y la gloria en Flushing Meadows
Sin dudas, la temporada 2004 tenía al mundo del tenis atento a las actuaciones de la camada rusa. Dos de tres torneos de Grand Slam habían quedado en manos de la Federación, abriendo el palmarés del país en eventos de dicha categoría de la mano de Myskina y continuando la racha con Sharapova en el Slam londinense.
En agosto, la Gran Manzana se preparaba para recibir nuevamente a ocho jugadoras soviéticas como preclasificadas, incluida Kuznetsova como novena favorita. Allí, la joven de 19 años inició una campaña arrolladora hasta las semifinales. En la anteúltima fase esperaba la estadounidense Lindsay Davenport, múltiple campeona de Grand Slam. Pero pese a la batalla que impuso la ex Nro. 1 del mundo, Svetlana consiguió el pase a la gran final.
Del otro lado, aguardaba una compatriota que meses atrás había caído en otra instancia decisiva: Elena Dementieva, finalista de Roland Garros, buscaba nuevamente alzar su trofeo inaugural pero Kuznetsova se afirmó en aquel partido: venció a la quinta favorita por 6-3; 7-5 para transformarse en la primera tenista rusa en ganar el US Open.
El legado
En retrospectiva, podría decirse que ese 2004 demostró que el tenis femenino ruso estaba listo para pelear por grandes victorias frente a las potencias históricas. Svetlana formó parte de una camada de jugadoras que consiguió lo que hasta hoy nadie más ha vuelto a lograr en una misma temporada: tres títulos de Grand Slam en manos de distintas tenistas representando a un sólo país.