La veterana tenista alemana se hizo con el título en tierras francesas tras un partido no apto para cardiacos ante la joven eslovena Kaja Juvan, a la que derrotó en mas de tres horas de partido para conseguir el primer título de la temporada.
Angelique Kerber sigue sabiendo ganar, sea en la superficie que sea. La jugadora alemana y ganadora de tres Grand Slams en toda su carrera y llegaba a Estrasburgo con la intención de coger ritmo de cars al segundo Grand Slam de la temporada y se va con un nuevo título bajo el brazo, en una nueva final que certifica su buen momento de forma previo a Roland Garros.
Ambas jugadoras llegaban a la final haciendo gala de su buen tenis a lo largo de toda la semana, especialmente en el caso de una Kerber que ha hecho valer su buen tenis en una pista tan lenta que no debia haberla favorecido tanto como lo ha hecho. La germana se enfrentaba a una Kaja Juvan que llegaba con ganas de demostrar que su tenis de época junior no era una casualidad.
Kerber levanta el título
Ambas jugadoras librarían una batalla titánica durante todo el partido, un partido que se decidiría en el tie-break del decisivo tercer set. La germana sería la que se llevarse el primer set tras aprovecharse de las lagunas de Juvan cuando trataba de cerrar el primer parcial. La inexperiencia de la eslovena en este tipo de rondas le pasaría factura, y la alemana terminaría llevándose un primer parcial de alto voltaje.
La segunda manga sería para Juvan, aunque no menos dramática. La eslovena gozaría de dos breaks de ventaja al inicio del segundo parcial pero la germana sacaría a relucir todo su arsenal tenístico para nivelar el encuentro hasta un nuevo tie-break. En esta ocasión, la parte física de la eslovena ha sido determinante para que se adjudicara el segundo parcial y de esta forma sería la tercera manga la que dictaría sentencia en Estrasburgo.
El set definitivo no discurrió del guion del partido, y es que ambas tenistas nos regalaran momentos de muchísimo tenis y de un alto nivel de golpes en todo momento. Ambas jugadoras se romperían el saque en los primeros juegos del set, pero finalmente volvería la calma y de esta forma la final llegaba al tie-break decisivo. Las dos jugadoras habían dejado al público encantado con sus golpes, yendo desde golpes poderosos hasta largos intercambios entre ambas, pasando por dejadas y hasta algún que otro globo de por medio. La tenista alemana haría gala de su mayor experiencia en la muerte súbita, y lograría cerrar el encuentro con un punto que levantó a los aficionados de sus asientos para coronarse como campeona en Estrasburgo.
