A sus 23 años, Irene Burillo obtuvo el título más importante de su carrera deportiva al poder salir campeona en el W60 de Rome en el estado de Georgia de Estados Unidos.
Grandiosa semana la que ofreció la tenista española que desde la fase previa, logró consolidarse y darse un auténtico homenaje dentro de su juego para poder quedar campeona en este ITF que se jugaba sobre pista dura. En la final, jugaron en cubierta y logró derrotar a Grace Min. Fueron dos horas y 27 minutos de duelo para poder remontar un 1-6, 7-6(4), 6-1.
En los momentos más tensos de la segunda manga, la aragonesa se mostró muy sólida. La confianza generada durante estos días se le percibió a la hora de encarar estos puntos de trascendencia. Llegó al Tie-Break empoderándose desde el inicio y cogiendo una diferencia que la estadounidense no pudo igualar. A partir de entonces, el partido dio un enorme vuelco.
El encuentro fue totalmente dominado por Burillo en la tercera manga. A la primera bola de partido que gozó al resto lo consiguió cerrar. Pese a no estar tan acostumbrada a una cita de estas características, supo mantenerse de maravilla y jugar con mente fría los momentos que tocaban.
Todo trabajo tiene su recompensa y esto le llevará a poder escalar a su mejor posición jamás alcanzada. Por primera vez entrará entre las 300 mejores jugadoras del ránking WTA. Justamente, ascenderá hasta el puesto No.269. Un puesto en la clasificación que te ayuda a aspirar a torneos como el que ha podido ganar en Estados Unidos, y es un ránking que se acerca a una posible previa de un Grand Slam.