El búlgaro superó a Marin Cilic en tres mangas (6-4, 6-2, 7-6(5)). Grigor estuvo muy activo y disfrutando durante todo el encuentro, todo lo contrario que su rival. El siguiente rival será el local Bolt.
Duelo estrella y uno de los más atractivas en la primera jornada del Open de Australia. Dos ex Top 10 como Cilic y Dimitrov medían sus fuerzas y solo uno podía llegar a la segunda ronda. Ambos venían de jugar en los torneos previos de la semana. Dimitrov ya dejó buenas sensaciones a pesar de caer con Moutet.
Dimitrov disfruta en la pista
Las fuerzas empezaron igualadas pero el búlgaro daba mejores sensaciones con el lenguaje corporal. Dimitrov tenía una gran parte del público no que no paraba de animarle. Cilic algo más frío pero aguantando. En cambio se le notaba muy parado de pies. Dimitrov variaba el juego, entre liftados, planos y mucho cortado sobre todo de revés. Era principalmente con el revés cortado con lo que más sufría el croata. Al final la primera manga cayó para el búlgaro, en un duelo que parecía estar igualado, aunque Grigor tenía una marcha más.
Nada tuvo que ver el segundo parcial y es que Dimitrov tomó ventaja desde el inicio. Cilic seguía buscando líneas y tiros ganadores. En cambio las cosas no le salían bien y es que Dimitrov no tenía nada especial que hacer ante su rival. Poca historia tuvo el segundo set y en 28 minutos el búlgaro estaba cerca del triunfo.
El croata intentó resistir. Llevó la iniciativa en el marcador algo que le permitió jugar con menos presión. Cilic no jugaba bien pero tenía opciones de empezar a ganar algunos juegos importantes para soñar con la remontada. El momento clave llegó con el 5-3. Cilic justamente en el juego anterior había roto y tenía en sus manos el servicio para certificar el set. Llegó la bola de set pero se marchó al pasillo de dobles. Seguidamente vino la rotura y Dimitrov gritaba sabiendo que lo mejor era cerrar en tres mangas. Al final el parcial se fue al tie break y el búlgaro con más confianza se llevó el parcial para certificar el triunfo por la vía rápida ante un errático Cilic.