En una entrevista al diario The Guardian, el escocés mandó un mensaje a aquellos que le piden que se retire del tenis al no poder jugar al nivel de antaño. Murray sostiene que nadie le ha forzado a seguir en el circuito, aunque lleve una prótesis de metal en su cadera que le limita físicamente.
El torneo de Queen’s, uno de los más emblemáticos de la gira de la hierba, ha sido el lugar elegido por Andy Murray para volver al circuito ATP. Más de tres meses después de su último partido (vs Rublev en Rotterdam), el escocés regresará a las pistas en el torneo que más veces ha ganado (cinco) y gracias a una invitación debido a que su actual ranking, el número 123 del mundo, le impide claramente entrar directo a cualquier torneo ATP.
Continúa habiendo mucho debate en torno a la figura del escocés y de si le merece la pena resistirse a la retirada aunque su nivel, sobre todo el físico, ya no sea, ni de lejos, el requerido para la exigencia que demanda el circuito individual. Recordemos que Murray, tres veces campeón de Grand Slam, volvió a jugar hace un par de años y precisamente, en este mismo escenario de Queen’s, tras someterse a una grave operación de cadera que tuvo como resultado la inclusión de una prótesis de metal en dicha zona de su cuerpo.
El desafío, por tanto, sigue siendo mayúsculo para el de Dunblane, ya que nadie jamás había vuelto a jugar en individuales tras una operación semejante. Este, sin embargo, se resiste a aceptar una retirada a corto plazo. En una entrevista concedida al diario The Guardian y que también recoge Mundo Deportivo, el bicampeón olímpico reivindicó su derecho a seguir creyendo que puede volver a jugar, dejando muy claro que esa decisión es completamente suya y que nadie le ha forzado a ello.
De cara a su participación en la próxima gira sobre césped, Murray no pudo evitar su deseo de volver a jugar frente a su público en Wimbledon, algo que no hace en ‘singles’ desde 2017.
Un mensaje contundente para los que piden su retirada
«Hay mucha gente que me dice que deje de jugar al tenis. Dicen que es triste y que no quieren verme jugar así, que me lesiono, que no puedo hacer esto, que por qué sigo… Y yo lo que les digo es que no estén tristes por mí. Me gusta hacer esto y yo he elegido hacerlo. Nadie me fuerza a ello. El deporte a veces es raro porque la gente parece desesperada para que te retires y dejes de hacer lo que amas«.
Ilusionado de cara a la hierba
«Quiero estar en forma y poder jugar y creo que lo estaré. Me encuentro con muchas ganas de jugar en Wimbledon otra vez, enfrente del público. He echado de menos eso«.
