Final al camino de Alejandro Davidovich en el tercer Grand Slam del año. El español no pudo ante un Rublev que demostró su capacidad para jugar mejor en los momentos importantes. El malagueño sigue ganando experiencia de cara al futuro y consigue realizar otro notable torneo.
El español quería más en Roland Garros. Después de ser una de las revelaciones en el US Open tras llegar a octavos de final en los que fue superado por el finalista Alexander Zverev, era el turno de sacar su mejor versión en el Grand Slam de la tierra batida. En el debut superó sin mayores problemas al joven jugador local Mayot. En cambio tenía un duro examen por delante en el siguiente duelo enfrentándose ante Andrey Rublev uno de los hombres del momento. El ruso llevaba una racha de 6 triunfos en arcilla, después de ser campeón en el ATP 500 de Hamburgo.
A pesar de ser dos tenistas de generaciones similares nunca se habían enfrentado. El partido era uno de los más esperados de la quinta jornada en Roland Garros. Rublev era el gran favorito, aunque venía de sufrir y mucho contra Sam Querrey con el que se fue al quinto set.
El partido
Bien comenzó Davidovich que ya dio un susto en la primera manga. A pesar de tener servicio para ganar el primer set el ruso reaccionó y su rival hizo cuatro juegos consecutivos para remontar un parcial que tenía en el bolsillo. Luego metió una marcha más y en pocos minutos con un 6-1 tenía casi todo el duelo controlado. Rublev se dejó ir y Davidovich lo aprovechó para pensar que todavía tenía opciones tras forzar el cuarto set. El ruso no quería más sustos y en la cuarta manga acabó con las opciones de Davidovich.
Otra buena actuación del malagueño que sigue ganando en experiencia. En este duelo no era favorito y se enfrentaba a uno de los rivales más en forma del circuito. En cambio algunos pequeños detalles no le dejaron plantar más cara al pupilo de Fernando Vicente.