El joven tenista australiano es uno de los primeros nombres que suenan cuando se habla de futuro tenístico. Pese a su juventud, debido a que cuenta con 21 primaveras, ya es uno de los jugadores destacados del circuito y, por tanto, el nivel de exigencia es cada vez mayor.
En lo que va de año, “Demon” (como cariñosamente se refieren a él en muchas ocasiones) acumula ciertas luces y sombras en lo que a resultados se refiere. Al inicio, no pudo disputar el Abierto de Australia por una lesión abdominal, lo cual le apartó del primer gran evento del año. En este caso, el dolor de no poder participar sería incluso mayor ya que se disputaba en su país. Tal vez la causa de la lesión abdominal fue el haber disputado la ATP Cup a principios de año, donde si que completó una portentosa actuación venciendo a tenistas como Zverev y Shapovalov.
Penalizado por el atípico año del circuito, como la gran mayoría de los tenistas, su regreso a las pistas en competición oficial no fue el más brillante, cayendo derrotado en Cincinnati ante Jan-Lennard Struff en primera ronda del torneo. No obstante, pese al escaso rodaje sobre la pista dura americana, si que logró hacer un buen papel en el US Open, donde logró avanzar hasta cuartos de final y fue superado únicamente por Dominic Thiem, que más tarde levantaría el trofeo de campeón.
La tierra batida la espinita
Acompañado por estos mencionados altibajos competitivos, y pese a haber crecido tenísticamente en la tierra batida de Alicante, la llegada de la gira de tierra no ha sido ningún antídoto de regularidad. En suelo romano, no consiguió la victoria en el duelo de primera ronda ante Koepfer. Las duras semanas en Estados Unidos y la rápida transición a la tierra batida han dificultado la adaptación de muchos tenistas, y en este caso también la de Álex. No obstante, el colofón aún estaba por llegar. La primera ronda de Roland Garros ante Cecchinato demostró que el tenista australiano no está en su mejor momento de forma, cayendo en sets corridos ante un tenista que llevaba dos años sin superar la primera ronda de un Slam.
Por tanto, por un lado conviene tener paciencia con un jugador talentoso como Álex y con una madurez mental al alcance de pocos con la edad con la que cuenta. Por otro lado, los próximos meses determinarán si cabe esperar de él lo demostrado en un excelso 2019 o si la tónica habitual será la de 2020.