El jugador alemán consiguió un remate nunca visto hasta el momento en el Abierto de Pekín. Struff intentó rematar un globo elevado de su compatriota Zverev, aunque solo logró golpear la bola con la caña. Tras impactar con el marco de la raqueta, la pelota se convirtió en una especie de dejada con un efecto diabólico para botar la segunda vez en la cancha del tenista que había intentado el smash. Rápidamente el jugador nacido en Warstein levantó la mano para pedir perdón al mayor de los Zverev. Entre el público retumbaron las carcajadas ya que nadie se creía lo que acaba de ocurrir. Seguro que por muchas veces que lo intente Struff lo más seguro es que no vuelva a conseguirlo. Finalmente de poco le valió tener a la suerte de cara en ese peloteo, ya que acabo despidiéndose en su debut (7-5, 4-6, 4-6).