Iga Swiatek salió campeona de Roland Garros por tercera vez al derrotar a Karolina Muchova en la final mediante un 6-2, 5-7, 6-4 en dos horas y 49 minutos.
Llegaban las 15:00 del sábado en París para que las dos máximas protagonistas del torneo se citarán por luchar por el título de Roland Garros. Por una parte la número uno del mundo Iga Swiatek que ya sabía lo que era coronarse en este escenario en dos ocasiones ante una Karolina Muchova que a sus 26 años disputaba su primera final de Grand Slam. Además, en la semifinal del jueves, dando la vuelta a un marcador adverso de 5-2 en el tercer parcial ante Aryna Sabalenka.
El break inicial es muy importante
La intensidad que coloca la jugadora polaca desde el comienzo de los partidos fue un el punto fuerte. Provocó a la checa a tener que estar muy concentrada. Quiso ser agresiva pero el ver a Iga a ese ritmo le forzó en varios errores. Un quiebre inicial que fue fundamental ya que la número uno del mundo, sacó sus turnos al saque menos uno en el que se vio forzada pese a confirmarlo. Ese juego en el que Muchova pudo forzar pudo ser importante ya que podía cambiar el devenir de los próximos minutos pero Swiatek sacó tesón para sacarlo. Por ello, solo tuvo una oportunidad de llegar a forzar a Iga. La polaca además, se llevó el parcial al resto en un juego en blanco.
Muchova planta cara con un gran nivel
En el segundo, la número uno del mundo se colocó por delante rápidamente con un nuevo break tempranero. Muchova, perdió bastante el orden de juego y medio atosigada cometió varios no forzados. Aun así, tuvo la capacidad de reafirmarse y el motivo por el que es una digna finalista en París. El juego agresivo gobernado por su derecha fue dándole más confianza ya que podía presenciar cómo hacía daño a su oponente.
A mitad de set, logró poner la igualdad y después se colocó por delante continuando con la inercia positiva que había gozado. En esa ocasión no lo iba a conseguir notándose bastante presionada pero Swiatek que no lograba una armonía con su primer golpe le daría una nueva situación. Con 6-5, la checa volvía a servir para igualar el envite. Pese al 0-30 y al deuce, compitieron juegos espectaculares haciendo levantar al público de sus asientos. El nivel de Muchova era de alto quilate y lo demostró en ese desenlace con muy buena concentración para definir ese segundo set.
Se le notó tocada a Iga en ese inicio del tercero mientras que Karolina estaba muy suelta. La principal cabeza de serie del cuadro, dejó que su primer juego al saque se marchara, pero iba a ir entrando poco a poco al duelo a nivel psicológico. Fue cogiendo esa estabilidad y esa intensidad de piernas a la hora de generar los golpes. Fue también forzando a la checa y dando a entender que todavía había batalla por labrar. De un 0-2 en contra hasta el 2-3 a favor de Swiatek.
Swiatek sufreee en un final de mucha tensión
En esta tarde calurosa de París, la tensión también crecía. Los juegos iban cogiendo cada vez más trascendencia y se notaba en el ambiente con el público muy metido. Muchova iba a conseguir ponerse nuevamente por delante, pero recibiría el contrabreak donde se gestaba la importancia de cada punto. Un mínimo error podía ser colosal y Swiatek lograría superar ese instante ya que después, en el 4-4, debió afrontar otro juego vital. Karolina la volvió a forzar pero con ese ímpetu y carácter de ganadora que posee, encontró sus virtudes para que apareciera la solución.
Logró irse al cambio de lado con el 4-5 y restando para ganar el partido. En ese mismo juego se presentaron dos bolas de partido con 15-40 tras un error de derecha por parte de la polaca. El público coreaba el nombre de la número uno del mundo hasta que la juez de silla tuvo que llamarles la atención. Karolina, debió jugar con segundo saque y el partido finalizó de la peor manera posible con una doble falta. Swiatek entre lágrimas se enfundó en un abrazo con Muchova para salir por tercera vez campeona de Roland Garros.
