Casper Ruud supo prevalecer en territorio hostil y accedió a los cuartos de final en Basilea. El noruego se impuso en sets corridos ante el suizo Stan Wawrinka para encadenar seis victorias consecutivas en indoor.
Ruud tacha a Wawrinka en Basilea
En el ATP 500 de Basilea se definían los cuartos de final y uno de los últimos boletos se disputaba entre Casper Ruud (11°) y Stan Wawrinka (158°), quienes se medían por segunda vez en el torneo helvético. El tenista noruego, cuarto sembrado del cuadro, venía de proclamarse campeón en Estocolmo y estiró su racha de triunfos con una sólida presentación ante Quentin Halys en la primera ronda. A su vez, el experimentado suizo, semifinalista del certamen en 2011, arrancó su travesía en Basilea con una convincente victoria sobre el serbio Miomir Kecmanovic. En la edición 2022, Wawrinka derrotó a Ruud con un doble 6-4 en lo que fue el único antecedente entre ambos jugadores.
Casper trabaja en la devolución y golpea primero
Los tenistas se presentaron con un tenis impecable, resolviendo muy bien con el servicio y produciendo tiros rápidos desde la línea de base. Ya en el tercer game, Wawrinka hizo pesar sus aceleraciones, generando profundidad con golpes punzantes que le permitieron cosechar un quiebre. Sin embargo, Ruud no se dejó llevar por la ruptura, se afirmó en la devolución y contuvo los impactos del suizo para recuperar el saque. El noruego intentaba cubrir todos los espacios, con el fin de agotar las ideas del helvético, quien seguía produciendo ataques contundentes. Posteriormente, el escandinavo dictó el pulso en los intercambios, se hizo fuerte en el resto y forzó errores en Wawrinka para quedarse con el primer set por 6-4.
Ruud resiste en el tiebreak y sella el triunfo
La segunda manga tuvo un comienzo similar, donde los protagonistas desplegaron sus virtudes para establecer las primeras cifras. En el tercer juego, Wawrinka fue más preciso en su turno de recepción, manteniendo una postura sólida y logrando una nueva ruptura tras una serie de fallos de su rival. Acto seguido, el experimentado suizo hizo correr la bola con limpieza, generando amplitud para validar el quiebre. De igual manera, Ruud no dio el brazo a torcer, volvió a exhibir sus cualidades en el retorno y se lanzó al ataque para nivelar los dígitos. El desarrollo siguió por el camino largo, mientras los jugadores buscaban prevalecer con sus herramientas.
Wawrinka se robó la atención del público con su fantástico revés y se mostró lúcido en el tramo final del set, forzando un desempate que era crucial para su supervivencia. En el tiebreak, la experiencia del suizo no fue suficiente para desarmar a Ruud, quien no perdió el enfoque y cerró la victoria en dos mangas (6-4, 7-6(5)).

