El ruso Andrey Rublev impuso condiciones contra el italiano Arnaldi en las semifinales del ATP 1000 de Montreal y lo despachó con un 6-4, 6-2 cómodo. El tenista moscovita avanzó a la final del torneo, espera por Popyrin o Korda.
Rublev resplandece en las pistas de Montreal
El ruso Andrey Rublev (8°) se metió en las semifinales del Máster de Montreal tras vencer al número uno del mundo, Jannik Sinner. El tenista moscovita estuvo lidiando con muchas derrotas en las últimas semanas y pudo calibrar su tenis en el torneo canadiense. Las pistas rápidas son el escenario ideal para que Rublev despliegue sus condiciones tenísticas. Cuando el moscovita mantiene su concentración en el juego, pocos son los que tienen la capacidad de batirlo. Para conseguir el pase a la final del certamen, el ruso tenía que oponerse al italiano Matteo Arnaldi (46°), quien está teniendo una buena temporada. Por su parte, Arnaldi bajó a la revelación en la ronda anterior, venció al japonés Nishikori, jugador de gran experiencia.
El moscovita toma posesión del score
Los protagonistas presentaron sus armas en los primeros juegos del encuentro, le dieron prioridad a la circulación de la pelota. Rublev no estaba dispuesto a intercambiar golpes y sacó a flote su potencia en el tercer game, lo que le permitió quedarse con un quiebre. Después de la ruptura, el ruso estabilizó su tenis correctamente para retener la diferencia en el marcador. Del otro lado de la red, Arnaldi expuso un juego aerodinámico desplazándose bien por todo el terreno y buscando sobrepasar a su oponente. A pesar de las intenciones del italiano, Rublev supo conservar su juego desde la defensa para evitar mayores inconvenientes en el desarrollo. Posteriormente, el moscovita se hizo cargo del servicio para confirmar su buen desempeño y adjudicarse el primer set con un 6-4.
Andrey aumentó su nivel y no le dio chances al italiano
La segunda manga fue interrumpida por la inminente lluvia en la ciudad de Montreal, los contendientes se encontraban 1-1. En la reanudación, Arnaldi se mostró tranquilo en el turno de saque para empezar a sumar en el marcador. Rublev necesitaba ser demasiado preciso para desnivelar al italiano, quien metió presión con una ocasión de quiebre en el tercer game. Por su parte, Arnaldi estaba dispuesto a traer todo lo que le tiraban, se desplazaba rápido en lo profundo. Luego, en el quinto juego, el moscovita desplegó una soltura convincente que le otorgó un quiebre a su favor. Rublev aceleraba e iba para adelante cuando se le apetecía, mientras que su rival trataba de aguantar. El moscovita impuso su jerarquía con determinación para efectuar otra ruptura y terminó apropiándose del boleto a la final con un 6-4, 6-2.
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