El suizo ganó en sets corridos a un Albert Ramos que ya ganó al ex número uno en estas misma pistas. Gran primer set del helvético que bajó el nivel en el segundo parcial aunque supo acelerar en el momento oportuno. Su próximo rival saldrá del duelo entre Goffin y Kukushkin.
Las gradas estaban enloquecidas a la salida de Roger Federer a la pista central del Masters 1000 de Shanghai. El suizo llegaba con ganas de encontrar buenas sensaciones en el debut ante un rival peligroso que ya le había vencido en este mismo torneo en el año 2015 por dos sets a uno. El suizo comenzó concentrado y el español muy errático en su servicio. Cada turno de saque del catalán era una lucha constante mientras que Federer no tenía ningún problema para sacar adelante su turno. Sólo hace falta ver las estadísticas de que los tres primeros servicios de Roger los ganó en blanco. En cambio Albert cedió dos juegos consecutivos al servicio que le dieron a su rival la primera manga en poco más de media hora.
Albert Ramos como de costumbre no se iba a rendir. Poco a poco fue entrando en ritmo de partido y Roger bajó algo el nivel. El zurdo iba por delante en el marcador y esto le hacía tener más confianza para poder buscar una sorpresa en el segundo set. A pesar de jugar más agresivo no encontró la ocasión de la bola de break. En este set la tónica cambió y no se vio ninguna opción de rotura en los 12 juegos que se disputaron. Después del 6-6 Ramos tenía la ocasión de forzar el set definitivo y Roger de cumplir en debut difícil.
El Don de la oportunidad
Las cosas se pusieron de cara para Albert que cogió el mando con un 4-1. Federer como de costumbre supo saber jugar en estos momentos difíciles para dar la vuelta ala situación. De repente 6-5 al resto y el suizo que tenía la primera bola de partido. Entonces demostró como jugar los puntos decisivos. Desde el resto fue agresivo, no falló y subió a la red para cerrar el primer triunfo en el penúltimo Masters 1000 de la temporada.