Max Purcell suma la victoria más importante de su carrera al eliminar a Casper Ruud en tres parciales (6-4, 3-6, 6-4) en su duelo por la segunda ronda del ATP Masters 1000 de Cincinnati.
Primera presentación para uno de los favoritos en el cuadro masculino, como es Casper Ruud El tenista noruego llegaba sin las mejores sensaciones luego de una temprana despedida de Toronto a manos de Davidovich, y sabiendo que necesita dar una gran performance en el US Open si quiebre intentar defender la final que alcanzó en la temporada pasada. Su rival en este debut era Max Purcell, un tenista típico de Australia, con buenas armas en su saque y la volea, y sintiéndose especialmente cómodo en esta superficie. El tenista aussie, venía de un buen triunfo sobre Auger Aliassime en Canadá, para luego caer por la mínima ante Murray. En su estreno en Cincinnati, superó al sudafricano Lloyd Harris.
Purcell pega primero, Ruud lo iguala
Ruud empezaba mejor el partido, aprovechando esa rigidez propia del inicio por parte de su rival y rápidamente generándose oportunidades de quiebre, pero que Purcell con mucha autoridad iba a salvar. Todo era palo a palo, saque a saque, sin demasiado ritmo de juego ante la propuesta del tenista australiano. El primer break quedaría en manos del oceánico en el siempre clave séptimo game, para tomar un buen envión de cara al cierre de este primer parcial. Sosteniendo su servicio sin problemas, Purcell se quedó con el set de apertura por 6-4.
Otra vez se repetía la tendencia entrando en el segundo parcial, con el noruego llevando la delantera por haber empezado al saque, pero sin poder generar demasiado al resto. Ruud volvía a tener una oportunidad clave, pero nuevamente con el mismo destino: Purcell lo sacaba adelante. Sin embargo, en el siguiente turno de saque, el quinto preclasificado daría la talla concretando esa ansiada rotura, y luego con su servicio, Casper ganó esta segunda manga por 6-3.
Triunfo importante para el australiano
El set final mantenía una tendencia a la paridad total, donde un mínimo quiebre podía desnivelar la balanza para un lado o para el otro. Purcell tenía una clave chance de break en el séptimo juego, pero que el noruego evitaba con toda su jerarquía. Por el contrario, en el juego siguiente parecía llegar esa diferencia en favor de Casper, con tres bolas de quiebre, y otra vez, Max las salvaba con gran valentía, con el recurso de subir mucho a la red, para así pasarle la presión absoluta al noruego. Finalmente, ese break llegó cuando Ruud intentaba empatar otra vez el marcador, terminando con la victoria en favor de Purcell con un 6-4 definitorio.