El tenista argentino es una de las grandes estrellas en el Torneo Tenis Playa Luanco. Cachín hizo un repaso a sus grandes logros en su carrera como tenista profesional.
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Pedro Cachín y el recuerdo de su partido ante Nadal en Madrid
Pedro Cachín no está teniendo un 2024 sencillo. El argentino a pesar de ello continúa en la élite del tenis mundial. Fue el último fichaje estrella del Torneo Tenis Playa Luanco y allí nos contó cómo fue ese proceso hasta el top 50, el título en Gstaad, el duelo ante Nadal en Madrid o la dificultad de estar tanto tiempo sin vivir en su país natal, Argentina.
Su llegada a Luanco
“Me tomó de imprevisto. Estaba comiendo en Gstaad, antes de jugar el dobles. Por un compañero como Bernabé Zapata, me dijo que había una posibilidad de baja y si estaba dispuesto a jugar y le dije que sí. Me puse a ver las opciones para llegar a Luanco, ya que tenía que ir desde Gstaad. Había opciones y dije que sí. Perdí el dobles y vine. El torneo lo conocía porque muchísimos jugadores vienen. No es normal jugar en la playa. El ambiente lo conocíamos todos y es un placer estar acá“.
El proceso hasta el Top-50
“Fue muy largo, casi 28 años. Muchas caídas, levantarme, nuevas caídas, volver a levantarme, lesiones de por medio, dejar de creer, volver. Son muchas cosas. Es muy largo para una pregunta. Creo que lo que siempre tuve es la ilusión de vivir del deporte. Si no sos Top-100, es difícil vivir. Eso lo mantuve toda mi vida, y lo sigo haciendo. Fue un viaje hermoso, que todavía sigue. Lo disfruto, aprendo. Los últimos dos años fueron muy desgastantes que me pasaron muchas cosas buenas, pero a la vez empezás a ser el centro de atención y sin darte cuenta afecta“.
Su título en Gstaad
“Fue único. No iba con la intención de ganar un ATP. Me fui encontrando mejor de lo que venía jugando en el año y fui viendo que por los rivales con los que estaba jugando en esa semana, sentía que era mejor. Empecé a creer en mí y me encontré con el título. Para mí, para mi familia, mi ciudad, fue único y lo llevaré siempre en mi corazón“.
Su duelo ante Nadal en Madrid
“Tuve mucho miedo por momentos. Antes de entrar a la cancha estaba relajado. Ya había jugado con Djokovic en la Central de Wimbledon el año anterior. Mi cabeza le quitaba importancia a la situación. Pero cuando entré y cuando hace ese salto en la red, dije ‘Va a ser peor de lo que creo’. Me llevó un set ponerme en situación de partido. El segundo lo gané y competí de igual a igual. Lo disfruté muchísimo. Estuvieron mis amigos, mi familia, estadio lleno. Estar en un partido contra Rafa, en teoría en el final de su carrera, es un sueño“.
Dificultad de los viajes y la vida de los tenistas
“No podría quejarme de la vida de un tenista, el que se puede llegar a quejar es el que está del 230, para atrás. Realmente invierte mucho tiempo, mucho dinero y son todas pálidas, todas malas. No vives de este deporte. Este deporte está hecho para los 100 que vivimos muy bien. Los 150 se sobrevive. Ya para atrás la pasas mal. Yo todo lo que he logrado, que me costó mucho, cuando lo logré me di cuenta que valía la pena. Pero es como todo trabajo. Tienes que tener tus ocho horas diarias, dentro y fuera de la cancha. Al fin y al cabo somos unos privilegiados, porque vivimos de lo que nos gusta, pero es un deporte difícil“.
¿Cuánto tiempo puede estar lejos de Argentina?
“Llevo diez años. En 2014 me vine a España, ya estoy radicado aquí. Tengo mi pareja, mi casa. Ya no me cuesta. Me costaba en su momento, ahora puedo estar. Cada vez me cuesta más viajar. He viajado por algunos años 33 o 34 semanas. Son muchas semanas fuera. Uno empieza a valorar lo que es estar en casa y con los tuyos“.