Luego de un comienzo de temporada muy irregular el tenista oriental Pablo Cuevas vuelve jugar torneos Challenger. Una medida muy inteligente con la cual intenta retomar ritmo de competencia y fundamentalmente recuperar la confianza perdida.
A fines de 2016, ya con 30 años, Pablo Cuevas alcanzó el top-20. Su tenis lleno de talento y de garra parecía no tener techo. Apoyado en un servicio muy eficiente, con un juego de base veloz, muy sólido, buscando siempre el momento de sorprender con el contra-ataque, lo perfilaban entre los mejores sobre el polvo de ladrillo. Pero una vez más los problemas físicos frenaron su buen momento, y su rendimiento se volvió a alejar de su mejor nivel.
La carrera de Pablo Cuevas nunca fue fácil, marcadas con lesiones. En 2011 cuando se estaba afirmando en el top-50, comenzó a sentir molestias en su rodilla derecha y terminó ingresando al quirófano. Un complicado proceso post-operatorio lo mantuvo alejado de la competencia por casi dos años.
Su regreso en el 2013 sin puntos en el escalafón mundial, fue muy promisorio. Eligió muy bien los torneos que jugó con el ranking protegido, sus buenas actuaciones le permitieron recuperar rápidamente posiciones, terminado esa temporada muy cerca del puesto 200.
Unos años de altibajos
El 2014 sin dudas fue un año brillante, el mejor de su carrera, ganando su primer torneo ATP, alcanzando por primer vez en su carrera el top-30. Pero su buen momento no paró ahí, siguió desparramando esa mezcla de garra y talento, escalando lentamente, hasta alcanzar el top-20 a mediados de 2016.
Cuando parecía que su tenis no tenía techo, un nuevo contratiempo frenó su carrera, esta vez es su rodilla izquierda la cual no le permite jugar en plenitud. Con mucho sacrificio, a pesar de no encontrarse en su mejor forma física siguió jugando, alternando buenos y malos resultados. Después de 5 derrotas consecutivas decidió parar luego del Abierto de los Estados Unidos 2017. Pero su racha de derrotas no paró alli, en su retorno, siguió hasta llegar a 10.
Sorprendió en el Master-1000 de París no solo cortó la racha, también alcanzó los octavos de final en un torneo bajo techo. Cerró la temporada con otra alegría al ganar en su casa, el Challenger de Montevideo.
Esta nueva campaña no pudo alcanzar la tan ansiada regularidad, tras un buen torneo le suceden despedidas en la primera ronda. Así su ranking ha caído notoriamente, después de cuatro años salió del top-50, ocupando el puesto 76º.

¿Una medida correcta?
Con el fin de retomar la confianza y el ritmo perdidos, después de la rápida despedida de Roland Garros, Pablo Cuevas tomó la decisión inteligente, de competir en los torneos Challenger. Una buena medida de competir sobre polvo de ladrillo, su superficie favorita, antes que padecer en una superficie sobre la cual no se siente cómodo. Esta semana está jugando su tercer Challenger en Alemania. En el medio, la semana pasada participó y se despidió en la primera ronda de Wimbledon.
Además su sueño es sacar a Uruguay de la Zona Americana II y llevarlo lo más alto posible. En septiembre jugará la serie por el ascenso a la Zona Americana I contra México. Como parte de la preparación para esa competencia, está aprovechando estos torneos Challenger para jugar Dobles con su hermano Martín.
En síntesis, el vecino está aprovechando al máximo su estadía en los torneos Challenger: Ganar ritmo y confianza para mejorar su juego, y ajustar detalles para la Copa Davis compitiendo en dobles junto a su hermano.