Los dos mejores jugadores de la temporada sobre tierra batida lucharán por alcanzar un puesto en la final de Roland Garros 2017. El español llega sin sufrir ningún apuro, tras tener el camino más plácido desde que comenzó a jugar este Grand Slam. El austriaco es la sensación del año, que se ha confirmado como el futuro del tenis tras ganar de forma cómoda a Djokovic en cuartos de final. El mejor partido que se puede disfrutar en la actualidad de este deporte.
Ya están aquí las semifinales de Roland Garros. El sorteo del cuadro final masculino individual fue caprichoso y decidió juntar a los dos mejores tenistas del momento sobre arcilla. El espectáculo que nos brindarán el español y austriaco en la jornada del viernes quedará para el recuerdo de los aficionados, en lo que a priori debe ser uno de los encuentros de la década. Rafa Nadal es el mejor jugador de la historia sobre el polvo de ladrillo, pero este año ha encontrado sucesor para cuando decida abdicar su reinado. Su rival, el joven Thiem, es el relevo del zurdo, que a buen seguro no serán sus últimas semifinales en este Grand Slam. El austriaco tiene todas las cualidades para liderar el ránking mundial en el futuro y está llamado a ser el próximo número uno del tenis mundial.
Rafael Nadal se ha quedado sin adjetivos para describir a una auténtica bestia del tenis, que es capaz de todo. Un jugador que ha hecho cambiar la historia del tenis español. El mallorquín se siente como en casa en las instalaciones de Roland Garros en las que se ha proclamado nueves veces campeón. Esta vez el reto va más allá y quiere ser el primer jugador de la modalidad de individuales en conseguir llegar a los dos dígitos como campeón de Roland Garros. Esto demuestra que además de calidad, hambre de títulos, garra, poder, corazón tiene una regularidad que siendo sinceros no está al alcance de nadie. Este año ha conseguido tres títulos sobre la superficie en Montecarlo, Barcelona y Madrid, sumando sólo una derrota en Roma frente al adversario que se medirá en semifinales.
Dominic Thiem ya presentó el año pasado sus credenciales tras ganar a Nadal sobre la arcilla de Buenos Aires, aunque realmente ha sido este año 2017 el que le ha graduado como el futuro del tenis mundial. Para poner la guinda al pastel en cuartos de final aplastó a Djokovic, endosando un rosco a su rival en el tercer set. Está a un paso de meterse en la final y quiere seguir ampliando su historia, volviendo a ganar al mejor jugador de la tierra batida. En Roma derrotó al balear por la vía rápida y se convirtió en el primer jugador en derrotar al español sobre tierra batida en esta temporada. Con la exhibición de juego que demostró ante Nole, está dispuesto a dar la gran sorpresa eliminando al máximo candidato al título. El joven de 23 años no se rinde y quiere más, quiere ganar el título.
LAS CLAVES
Ninguno de los dos jugadores ha perdido ninguna manga en todo el torneo, lo que nos indica del potencial de partido que podemos ver. Nadal aún no se ha cruzado contra ningún rival que a priori le pudiera complicar las cosas, mientras que «Dominator» superó con sobresaliente su primer examen ante Novak Djokovic que no pudo hacer nada ante la versión impecable de su contrincante. Será el cuarto partido que jueguen esta temporada, con un saldo favorable al español de dos victorias por una derrota.
Thiem ya sabe lo que es ganar a Nadal esta temporada en Roma. En aquel torneo tomó por estrategia jugar peloteos cortos con golpes agresivos que le permitieran llevar la iniciativa y salió a la perfección. El de Manacor se vio dominado durante todo el encuentro por la derecha de su rival. Uno de los errores en aquel partido del español, fue intentar seguir el mismo ritmo de bola que el austriaco, mientras que las otras dos veces que salió victorioso el balear cambio de alturas, efectos, velocidades para no permitir buscar tiros potentes a su adversario.
Favorito es el número tres, por el poco desgaste que lleva en el torneo, el nivel de juego, aunque tendrá que sacar su mejor versión para derrotar al futuro del tenis. Sí Nadal va intercambiando efectos, alturas, velocidad y no permite llevar la iniciativa al austriaco el partido se debería solucionar por la vía rápida, para estar a un sólo paso de conseguir levantar la décima Copa de los Mosqueteros.
