El tenista francés ofreció su versión acerca de la polémica surgida en su encuentro frente al chileno Alejandro Tabilo en la segunda ronda del Miami Open, con triunfo para este último tras recibir Moutet varios ‘warnings’ por parte del juez de silla.
Moutet da su punto de vista sobre la polémica en Miami ante Tabilo
Cuando Corentin Moutet salta a una pista de tenis, lo que no se puede dudar es que va a dar espectáculo, sea bueno o malo. El tenista francés, uno de los denominados ‘bad boys‘ del circuito masculino junto a Alexander Bublik o Nick Kyrgios, protagonizó otra polémica más que añadir a su ya extenso catálogo de rifirrafes, piques o discusiones con jueces de silla o aficionados.
Ocurrió el pasado sábado en su partido de segunda ronda del Miami Open, segundo Masters 1000 del calendario, frente al chileno Alejandro Tabilo, con triunfo final para este último por dos sets a uno. En medio del segundo parcial, el francés comenzó a celebrar ostensiblemente los errores de su rival, provocando también la reacción de la grada, a la que acusó de realizar gestos irrespetuosos hacia su persona.
El galo recibió un warning de pérdida de un punto cuando se encontraba 4-3 y break point en contra el en segundo set y otro más, que causó que cediera el siguiente juego y con ella la manga por negarse a reanudar el partido. Las protestas de Moutet no se quedaron ahí, sino que continuaron en el inicio del set decisivo, el cual acabó perdiendo por 7-5.
En un extenso comunicado en su perfil oficial de Instagram, recogido íntegramente en Espn Deportes, el número 76 del mundo dio su versión de los hechos, asegurando que no faltó el respeto a nadie en ningún momento y pidiendo más protección a la ATP hacia los jugadores para no tener que lidiar con un público, a su juicio, demasiado irrespetuoso con los jugadores.
Ambiente hostil
«Veo que mucha gente está hablando sobre mi partido contra Tabilo. Decidí explicar, de una vez por todas, lo que realmente sucedió, y luego dejaré este evento atrás. Desde el primer momento, el público fue hostil: ruido voluntario entre mis servicios, silbidos, insultos, gestos provocativos… Los que vieron el partido podrán testificar que no respondí durante una hora y media, solo me concentré en jugar y en volver al marcador».
«Pero a medida que el partido avanzaba, la atmósfera se volvía cada vez más agresiva. Después de dos horas de juego, sin ninguna intervención del árbitro para calmar a la multitud, reaccioné levantando los brazos tres veces para incitar al público a hacer aún más ruido. En ese momento, una persona me hizo un gesto obsceno (dedo de honor)».
Quejas al juez de silla
«Sentí que esto excedía los límites de lo que un atleta debe aceptar en una cancha. Así que le pedí al árbitro que expulsara a esa persona antes de reanudar el juego. En lugar de escucharme, me ordenó continuar jugando, negándose a intervenir. Entonces, pedí hablar con el supervisor, alegando que no me retractaría mientras esta persona permaneciera en la pista».
Acusado de gesto grosero
«Resultado: el árbitro decidió sancionarme y me otorgó el set por perdido. Cuando llegó el supervisor, le expliqué la situación. Se fue, luego regresó diciendo que alguien (de quien se negó a revelar la identidad) afirmó que yo había sido quien hizo un dedo de honor. Entonces, decidió penalizarme nuevamente, quitándome un juego al inicio del tercer set, ofreciendo así una ventaja inmediata a mi oponente».
Muchas críticas hacia su persona
«Desde este evento, he recibido muchas críticas e insultos. Decir que no me afectan sería mentira. Siempre he dado lo mejor de mí mismo en mi profesión, invertido una tremenda cantidad de esfuerzo y hecho innumerables sacrificios para alcanzar mis metas. He aprendido a aceptar el sufrimiento como parte del camino, pero me niego a creer que ser una persona pública signifique siempre tener que estar equivocado y merecer el odio de los demás».
Sin faltas de respeto hacia nadie
«Quiero aclarar que nunca insulté ni falté el respeto a nadie durante este partido. Aparte de haber levantado los brazos tres veces para incitar al público a hacer ruido, no tuve palabras ni gestos inapropiados o irrespetuosos«.
Más protección por parte de la ATP
«Lo que más me entristece es ver que, cuando alguien está caído, la primera reacción de muchos, incluidas personas de mi propio país o quienes vieron el partido, es empujarlo aún más profundo en lugar de apoyarlo en el calvario por el que está pasando. Espero que algún día la ATP proteja mejor a los jugadores, evitando en la medida de lo posible que nos encontremos en este tipo de situaciones. Que tengamos menos multas de cinco cifras y más seguridad, ya sea en una cancha de tenis o en las redes sociales. Simplemente necesitaba decir la verdad».