Nick Kyrgios continúa siendo protagonista en cada torneo de este 2019. Esta vez Queens fue testigo primero de su magia y luego de su ira. Un punto mágico y una raqueta lanzada afuera del estadio. ¿Con qué nos quedamos?
El australiano no se cansa de dar una de cal y otra de arena. La última gran polémica fue en el Masters 1000 de Roma con su descalificación. En la gira de hierba, en su partido de segunda ronda en Queens ante el joven Auger Alissime demostró parte de su recital de golpes como ya nos tiene acostumbrado. En la tercera manga, con el marcador a su favor y sirviendo consiguió un golpe que la gente no era capaz de creer. El aussi tras un buen resto de su rival golpeaba la bola entre las piernas consiguiendo un winner con total facilidad.
Pero claro, en el tenis todos los puntos valen lo mismo. De cara al espectador es fantástico pero en el circuito no está muy bien visto cuando podía haber utilizado otro recurso. Nick es un tipo especial y le encantan este tipo de tiros. Además el marcador estaba en este juego muy a su favor y quizás fue lo que provocó poder permitirse el lujo de buscar una genialidad que se ha vuelto a hacer viral. El problema es que la historia se iba a torcer.
Las cosas iban a ponerse feas. Kyrgios venía incendiado con el juez de silla. Al final su contrincante mostró ser más sólido en la pista para conseguir el triunfo y alcanzar los cuartos de final. El australiano desató su irá tras saludar a su rival y lanzó una raqueta por encima de las gradas que acabó en las calles que llevan a las distintas canchas en las que se disputa el torneo. Por suerte la raqueta cayó a gran velocidad pero no golpeó a nadie. ¿Qué decanta más la balanza en este caso, la cara o la cruz?
