El tenista chileno resumió un complicado 2024 marcado por muy buenos resultados en la primera parte de la temporada, pero también por un grave problema de salud que le condicionó enormemente en la segunda.
Jarry destaca el salto de calidad en su fortaleza mental
Se acabó el 2024 para Nicolás Jarry. Y visto lo que ha tenido que afrontar en forma de problema de salud, puede decirse que el número uno del tenis chileno puede sentirse afortunado de seguir jugando al tenis. Justo después de alcanzar su mejor ranking de siempre, el número 16 del mundo, y su primera final en un Masters 1000 (Roma), el jugador de Santiago tuvo que hacer frente a una dolencia denominada neuronitis vestibular, un trastorno caracterizado por una crisis de vértigo brusca e intensa, causado por la inflamación del nervio vestibular, la rama del 8º nervio craneal que contribuye a controlar el equilibrio.
Un problema de salud que casi precipita su final como tenista, tal y como reconoció en una entrevista a la web oficial de la ATP. En ella, Jarry hizo balance de esta temporada tan atípica, en la que pasó del cielo al infierno en cuestión de unas pocas semanas. Habiendo acabado el año como el número 36 del ranking mundial, el chileno mira con optimismo el futuro a corto plazo, tras haber salido con fuerza y mucho crecimiento del año más difícil de su carrera.
El año más complicado de su vida
«Es bien rico estar en casa después de dos meses y después del año movido que he tenido, pero con muchas ganas de descansar, entrenar, de recargarme lo máximo posible para la pretemporada y después para el próximo año. El año fue una mezcla de emociones. Fue un segundo semestre muy batallado mentalmente, pero también crecí como en ningún otro. Yo creo que ha sido el año más difícil de mi vida«.
Muchos altos y bajos
«Me ha sido mucho más duro que el 2020 con la suspensión, aunque ese haya sido mucho más dramático, pero en general este fue más batallado ya desde la primera semana del año. No empezó muy bien con mi hijo con COVID, teniendo que llevarlo a la clínica en Australia. Después perdiendo un partido muy igualado ahí, y luego teniendo que lidiar con cosas del tenis y distintas presiones. La segunda mitad del año vino la lesión del sistema vestibular. Pero también mucho enseñanza, aprendizaje, mejora, y, con lo difícil que ha sido, logré encontrar tranquilidad para apreciar toda mi vida el tenis«.
Un grave problema de salud que casi le hace colgar la raqueta
«Yo creo que tranquilamente podría haberme quedado sin jugar tenis por el resto de mi vida, y por eso estuve lidiando con muchas sensaciones. Es una lesión muy diferente a todas (neuronitis vestibular). Cuando uno tiene dolor de hombro, no puede sacar y no puede competir. Por lo tanto, no entras a la cancha y listo. En mi caso, yo tenía que tener paciencia y seguir haciendo mi vida normal, pero de una manera totalmente diferente«.
Aprendizaje de estas situaciones extremas
«Pero he sacado muchísimo aprendizaje y estoy muy contento con todo lo logrado fuera de la cancha. Todo el crecimiento que tuve me da mucha motivación para el próximo año y más sabiendo que este creo que fue mi segundo mejor año de mi vida como tenista en cuanto a ranking, y prácticamente jugué un solo semestre. Por eso me da una confianza nueva y me da una motivación grande para soñar. Tuve que bajar mi exigencia cuatro mil revoluciones. Porque si no, no podía. Habría entrado en una depresión y hubiera sido mucho peor. Ahora puedo decir que terminé el año contento, que era un objetivo, tranquilo, disfrutando de la vida, de mi profesión y de mi familia«.
La familia, siempre presente
«Nadie sabe cómo seguirá. Todos los días voy mejorando y creo que está pudiendo ser algo más normal para mí, de tener la visión bien, poder seguir la pelota y leerla, qué pelota viene, a cuánta velocidad, etcétera, etcétera. Al final, tuve el año que tuve, con cuatro resultados y es mi segundo mejor año de mi vida. Por suerte tuve a mi familia que me ha ayudado un montón. No creo que la hubiera pasado muy bien con todo esto, viajando solo. Reírme muchos con mis hijos y con mi mujer, me ha permitido salir de la súper exigencia del tenis«.
El 2025
«Estos últimos dos meses yo sabía que no iba a estar bien. Pero pese a todo, siento que estoy jugando bien. Lo sé, me falta mucho todavía pero tengo mucha fe de que cuando se me logre ir esto, voy a haber dado muchos pasos adelante en cosas que eran extra a los resultados de tenis porque ahora soy muy consciente de la fuerza mental que tengo para salir de situaciones malas«.