Iga Swiatek accedió por primera vez en su carrera a unos cuartos de final de Grand Slam al dejar fuera de combate a Simona Halep, primera cabeza de serie en Roland Garros por un 6-1, 6-2 en 68 minutos.
Después de la intensa lluvia que había arreciado la capital francesa durante gran parte de la noche, con mayor calma durante una apasionante mañana, saltaron a la cancha, las dos protagonistas del día con el techo de la Philippe Chatrier en uso. A parte, de que les sonara el nombre de la oponente por haberla visto jugar, sabían lo que era verse las caras en este mismo recinto durante la pasada campaña. En aquel instante, la rumana únicamente se dejó un único juego, pero en esta ocasión, sobretodo por el ascenso de la joven polaca en estabilidad, el encuentro no se iba a parecer en nada a aquella paliza.
Sin ningún tipo de reparo dio comienzo a la cita una Iga que logró poner en apuros a Simona desde el inicio. Encontrando los ángulos pertinentes para que su agresivo juego tuviera cabida. Celebraciones constantes de los puntos ganadores que obtenía, sin dejar que la principal cabeza de serie del torneo, se centrara desde su zona de confort.
Pese a marchar con el quiebre por delante, su capacidad ganadora, no le permitía ser conformista. Acechó en todo momento el servicio de Simona, y con una nueva rotura se presentó con 5-1, sirviendo para ser la poseedora del primer parcial. El recital que estaba dando era digno de presenciarlo una y otra vez. Los ángulos que estaba encontrando eran magníficos, tácticamente estaba jugando de maravilla, sabiendo desbordar a su oponente además de insistir con los cambios de ritmo, y los errores apenas salían desde su raqueta. Los expertos meteórologos tendrán que plantearse el nombre de un nuevo vendaval denominado Iga Swiatek.
Las marchas impuestas por la tenista polaca no descendían, regresó a diferenciarse en el electrónico gozando de absoluta autoridad con la complicación que se presenta en los encuentros ante la tenista que tenía al otro lado de la red reglamentaria. Aun así, durante aquel tercer juego que se adentró en los ocho minutos de duración, se palpó una situación, aún no vivida. Simona, obligada a salvar bolas de break, forzó algo más a su oponente y logró sacar adelante un juego de vital trascendencia.
Aun así, en el próximo turno, se vio obligada a tener que repetir la historia, pasando por otro momento límite. En esta ocasión, el desenlace no fue el mismo, y Swiatek se situó con 4-1 y servicio, cuando el choque aún no había alcanzado la hora de duración. Por primera vez en el duelo, Halep tuvo un juego con su primer golpe bastante apacible, pese a que la polaca del 40-0, llegara al deuce. Por tanto, la capacidad de Iga se iba a presenciar en los momentos de servir con 5-2 en busca de sus primeros cuartos de final de Grand Slam ante la máxima favorita del torneo.
No tuvo ningún tipo de presión extra y se presentó con tres bolas de partido. A la segunda que gozó, cerró con un preciso saque y se presentó en cuartos, mostrando un enorme potencial tanto de juego como de manera psicológica.