Hablar de Alison Van Uytvanck es hablar de una jugadora diferente, y que su gran pegada es lo que sobresale por encima de todo.
La tenista belga es una de esas tenistas amantes del juego directo, de pocos golpes. Su mejor tenis se ve en pistas rápidas, donde su tenis basado en su servicio y los golpes planos hacen mucho daño, como por ejemplo en pista indoor, superficie donde ha logrado más de un título WTA. No se caracteriza por ser una gran restadora, debido a su gran envergadura, y en ocasiones su tenis es al todo o nada, capaz de lo mejor y de lo peor.
La belga tiene cuatro títulos a nivel WTA hasta el momento. El primero fue en Quebec 2017, y posteriormente vendrían dos títulos en Budapest de manera consecutiva, algo al alcance de pocas jugadoras, y el último de ellos, en Tashkent 2019, sobre pista dura. Además de esos títulos en individuales, también tiene un título de dobles, que ganó junto a su novia Greet Minnen en Luxemburgo en 2018.
La belga es una jugadora que es capaz de sorprender a cualquiera en un día inspirado, y tiene victorias de renombre, como la conseguida ante Garbiñe Muguruza en 2018 en el césped de Wimbledon. Y es que es una jugadora con un tenis muy directo, del todo o nada. Capaz de lo mejor y de lo peor. Esa es Alison Van Uytvanck, una de las pocas jugadoras con orientación femenina en el circuito. Una jugadora diferente, pero con un tenis muy directo.