El griego cayó por 5-7, 7-6, 7-6, 6-7 y 3-6 ante Dominic Stricker en la segunda vuelta del US Open 2023. En siete ediciones, aún no logró atravesar la barrera de la tercera ronda.
Stefanos Tsitsipas está transitando probablemente uno de los momentos más irregulares de su carrera, en cuanto a derrotas y actuaciones. El griego, hoy No.7 del ranking ATP, tuvo un estupendo comienzo de temporada, alcanzando la definición en Australia. A partir de ahí, no mostró el mismo nivel y sucumbió rápidamente en Rotterdam, Indian Wells, Miami y Montecarlo. Supo recuperarse en Barcelona y fue finalista, perdiendo en sets corridos ante su debilidad Carlos Alcaraz. Madrid, Roma y París fueron un buen pasar, aunque justamente luego de la arcilla vendría lo peor.
Cayó en las primeras de cambio en Stuttgart y Mallorca y en la segunda vuelta de Halle, aterrizando en Wimbledon sin buenas sensaciones. Si bien allí logró sacar adelante tres duros encuentros, quedó eliminado en los octavos de final ante el sorpresivo Eubanks. En busca de confianza decidió ir a Los Cabos y justamente fue campeón. En su debut en Flushing Meadows, se debía medir al ascendente Dominic Stricker, proveniente de la clasificación.
Stricker sueña con el batacazo
El partido comenzó de menos a más. En los primeros juegos los europeos buscaban coger ritmo y un limpio golpeo de bola, para poco a poco ir acrecentando la velocidad y potencia de sus tiros. El servicio también tomó cierto protagonismo en la manga, ya que ambos exponían firmeza para luego presionar en la devolución. Se adueñaron de la mayor parte de los juegos propios y todo indicaba que se definía en el tie-break, aunque Stricker aún tenía una bala por lanzar. En el onceavo juego, quizá el más crucial, Tsitsipas falló en varias ocasiones y le entregó una chance a su rival, que no dudó y la concretó. A la hora de cerrarlo mostró madurez y lo hizo por un apretado 7-5.
Tsitsipas empata y avanza en cuatro
El segundo tuvo un final similar, pero un transcurso bastante diferente. El griego quebró de entrada y se quedó con el dominio del marcador en pocos minutos, aunque Stricker no se vino abajo. El suizo respondió un juego más tarde y forzó la igualdad, para añadir más incertidumbre. Desde ahí, fueron efectivos con sus saques y enviaron el parcial a un desempate. El griego le tiró la experiencia a su rival, que no consiguió reaccionar, y se lo llevó por 7-6(7-2).
Curiosamente el posterior fue un calco. Nuevamente Tsitsipas comenzó arriba en el tercer juego, y Stricker se recompuso uno más tarde. Es cierto que en comparación al otro, los dos tuvieron más oportunidades. De hecho, el suizo tuvo un set point en el 6-5, pero cayó en la telaraña del griego y no pudo sacarle rédito. El tie-break fue más apretado, aunque tuvo nuevamente como vencedor a Tsitsipas por 7-6(7-5).
El suizo tira de épica y avanza
Pese al enorme desgaste físico durante las casi tres horas, Stricker se hizo de coraje y elevó increíblemente su nivel para sorprender a Tsitsipas en el primer game y así arrancar mandando. Para su mala suerte, esta vez el que iba a reaccionar sería el griego, que daría vuelta el marcador en el séptimo. Cuando llegó la ocasión de finiquitar el duelo, en el 5-3, cometió tres errores no forzados y desaprovechó una oportunidad de oro. Su contrincante se la guardó en el bolsillo sin problemas, confirmó su turno y desembocó en otro desempate. Aunque tuvo algunos altibajos, el suizo mostró eficacia para sellar un ajustadísimo 5-7, 7-6, 7-6 y 7-6.
Sin miedo alguno, ya que tenía más por ganar que por perder, Stricker se soltó, comenzó a golpear lanzado y encontró resultados. Con seguridad y convicción, confundió a Tsitsipas y conquistó una fugaz rotura. Sostuvo la ventaja hasta lo último y poseyó la chance de finalizar el encuentro. Finalmente, con una exquisita derecha lo ganó por 7-5, 6-7, 6-7, 7-6 y 6-3 en 4h03m.