La estadounidense explicó ante los medios el estrés que sufrió en las horas inmediatamente posteriores a su gran triunfo en el Open de Australia 2025.
La historia de Madison Keys tras ganar el Australian Open 2025
Seis semanas después de levantar su primer Grand Slam, Madison Keys regresa a una pista de tenis de manera oficial. La estadounidense, actual número cinco del mundo, será uno de los grandes atractivos del cuadro femenino de Indian Wells, tercer evento WTA 1000 de la temporada, y en el que hará acto de presencia directamente en la segunda ronda ante la ganadora del enfrentamiento entre la española Jéssica Bouzas y la rusa Anastasia Potapova.
No será nada fácil este retorno a la competición para la jugadora de Rock Island. No solamente por los problemas físicos que la obligaron a ausentarse de Doha y Dubái, sino sobre todo por la pesada carga con la que afrontará desde ahora cada torneo, sabiendo que ya es campeona de Grand Slam, una presión extra que ya le ha afectado a otras compañeras en el pasado.
La gran anécdota de Madison Keys
En declaraciones recogidas por Espn Deportes, Keys explicó cómo fueron las horas posteriores a su victoria en Melbourne, poniendo énfasis en la cantidad de entrevistas que tuvo que hacer tras ello, dejándola completamente exhausta. «Inmediatamente en la pista, di seis entrevistas televisivas en vivo seguidas. Todavía no me había duchado y no tenía nada para comer».
«En un momento pensé: ‘Tengo mucha sed. No he bebido ni un solo vaso de agua. Ha pasado una hora’. Finalmente me di una ducha, comí algo y estuve otras dos horas frente a los medios. Regresamos al hotel casi a las tres y, por supuesto, pensé: «¡No puedo dormir! Era un completo zombi«, agregó la norteamericana que continúo compareciendo ante los medios durante tres días consecutivos, hasta que ya por fin pudo descansar.
«Estaba muy feliz, pero también era como si no hubiera respirado y asimilado todo lo que había sucedido. Luego volamos a Nueva York y tuve un día completo de prensa. Volé a Florida el martes a la noche. Ya tenía compromisos acordados. Así que aterricé y tuve que volver a hacer otras cosas al día siguiente. Probablemente fue el jueves al terminar el día cuando finalmente le dije a mi agente: ‘Ya terminé. Voy a guardar mi teléfono en un cajón. No puedo hablar con nadie más«, finalizó.
