Behind the Racquet (Detrás de la Raqueta) es un blog creado por Noah Rubin en el cual los jugadores cuentan historias personales que han tenido que atravesar mientras buscaban hacerse un hueco en el tenis mundial.
Ons Jabeur decidió contar su historia de superación personal comenzando en su pequeña ciudad Ksar Hellal hasta convertirse en la mejor tenista árabe de la historia siendo la 39° del mundo en estos momentos.
Abandonar su casa a los 13 años
La tunecina comenzó explicando sus inicios en su país y como eligió el tenis. “Crecí en Túnez. Empecé a jugar tenis a los tres años porque mi madre solía jugar. Yo era la menor de mis hermanos, así que mi mamá me llevó al club con ella. Fue alrededor de esta época, de 3 a 5 años. Nací en Ksar Hellal y me mudé a Sousse a los 5 años y fue entonces cuando elegí jugar al tenis. Sousse fue genial, pero necesitaba más recursos para mejorar, tuve que decidir si tenía que dejar mi ciudad natal a los 13 años”.
No fue fácil tener que irse de su ciudad a otra para poder enfocarse más en un deporte en el que ya destacaba, aunque en los inicios no pudo jugar todos los torneos que quería. “Había una escuela de tenis en Tunis (capital de Túnez) que me permitía entrenar e ir a la escuela al mismo tiempo. Me dio la oportunidad de entrenar más horas, que es lo que necesitaba. Estaba a 140 kilómetros de mi casa. Fue muy difícil para mí dejar mi ciudad, fue una de mis mayores luchas. Ha sido un largo proceso desde entonces. Antes de irrumpir, hubo ocasiones en que no pude viajar y tuve que elegir no jugar los torneos“.
Sus hermanos siempre la ayudaron económicamente
Complicados fueron los inicios sobre todo en la parte económica, pero gracias a la ayuda de sus hermanos pudo seguir con el tenis. “Tuve suerte que mis hermanos me ayudaran con dinero a veces. Duele pedir ayuda financiera a tus seres queridos. En ese momento ni siquiera sabía si alguna vez podría devolverles el dinero. Siempre me recordaban que creían en mí y no querían que les devolviera el dinero, pero para mí, en mi cabeza, tenía que devolverlo eventualmente. Cambió mi carrera porque me permitió llevar un entrenador a los torneos cuando normalmente no podía pagarlo. Incluso con toda la ayuda tuve que resolver mucho por mi cuenta. Cometí muchos errores cuando se trataba de entrenar, practicar, programar torneos, todo. Tenía que averiguar qué funcionaba para mí. Aprendí mucho con los años. Aprendí que mi país siempre ha sido parte de mí, incluso cuando los tiempos no fueron fáciles“.
La religión, principal ataque de los apostadores
Las apuestas son un problema actual en la mayoría de los torneos, pero principalmente en los campeonatos menores. La mayoría de jugadores reciben insultos y graves palabras cuando pierden algunos de sus partidos. “La gente ha estado en mi contra algunas veces, especialmente los apostadores, que siempre tienen algo que decir. Muchos de ellos, cuando pierden dinero conmigo, comentan que soy musulmana. Al principio no sabía qué hacer cuando la gente decía comentarios racistas, especialmente después de la revolución, un momento aterrador para mi país. Entonces me di cuenta de que era solo falta de inteligencia, sin saber realmente de qué estaban hablando, por lo que no hay necesidad de perder el tiempo respondiendo a los apostadores“.
Quiere que Túnez mejore sus condiciones
Ons Jabeur busca ser un ejemplo para su país e intentar que mejore en el futuro. “Solo quiero dar el mejor ejemplo que pueda. Una vez que estás en la cancha, todo se pone a un lado, incluida la raza y la religión. Quiero ayudar a Túnez a alcanzar el mismo nivel de tenis que algunos países que tienen muchos más recursos. La mentalidad solo tiene que ser la correcta“.
Su familia, la base de todo
Sin duda que su familia es la piedra angular de lo que es en la actualidad Jabeur, una de las tenistas más en forma del 2020. “Estaba recibiendo tantas opiniones diferentes, incluso de personas que no estaban en el mundo del tenis. Pensé si debía volver a la escuela o no, pero sin importa qué sucediera volvía a esta idea de que quiero ser la número uno del el mundo, quiero ganar un Grand Slam. No puedo evitar soñar en grande. El top 100 nunca fue suficiente para mí. Hay momentos en que no estoy pensando con claridad y pierdo la esperanza, pero mi familia viene y me recuerda porqué comencé a jugar y que creía en mí misma más que nadie” finalizó.