Para Dominic Thiem esta semana previa a poder jugar Roland Garros es muy interesante ya que fue el lugar donde obtuvo su décimo título.
Una cifra muy especial para cualquier palmarés y Thiem lo consiguió durante esta semana hace dos años. Además, llegó sin tener unas sensaciones tan óptimas sobre tierra batida con varias derrotas consecutivas. Su primer oponente en aquella cita fue Roberto Carballés al que derrotó en un duro partido ya que el español suele poner las cosas complicadas por su ímpetu y fortaleza desde el fondo de pista.
En su encuentro de cuartos de final, Guillermo García-López fue su oponente y tuvo varias complicaciones teniendo que remontar un set. Acto seguido, en semifinales ante Dusan Lajovic también tuvo que llegar al tercer set para poder coger el billete a la final.
En aquel encuentro para conquistar el título, tenía enfrente a Gilles Simon, y en el tercer parcial, el austriaco logró sacar adelante el envite. Fue una semana muy positiva para Dominic Thiem ya que dos domingos después, consiguió acceder a su primera final de Grand Slam en Roland Garros.
Sin venir de su mejor momento, su estado competitivo y mentalidad dio un paso hacia delante y todo lo que se esperaba de él ya que la presión que le llegaba era intimidatorio. Sin embargo, logró revertir la situación y dar un paso muy importante en su carrera deportiva. Únicamente Rafa Nadal fue quién le frenó tanto en 2018 como en 2019 en el Grand Slam sobre arcilla.
Además, desde que comenzó a trabajar con Nicolás Massú, Thiem fue ayudado de una manera óptima. Su calendario también entraba en duda ya que se afirmaba que jugaba demasiados torneos ATP 250 para un tenista que quiere estar en las rondas finales de Grand Slam. En estos instantes, el actual No.3 del mundo, logró el impulso en aquel torneo de Lyon para poder llegar a las posiciones que en estos instantes goza.
