El tenis, como todo en la vida, funciona como un ciclo. Lo nuevo pasa a sustituir todo lo viejo, ante lo que se compromete a ser protagonista de un recorrido que, más adelante, volverá a ser sustituido. Nadie ni nada huye del aplastante y vital paso del tiempo.
No obstante, en la época actual del tenis mundial, el proceso sufre una etapa de letargo. Hace ya más de diez años que Roger Federer y Rafa Nadal ganaron su primer Grand Slam, y entablaron una rivalidad que dura hasta el momento presente. A dicha rivalidad, en tal vez un grado menor, se unieron tanto Novak Djokovic como Andy Murray, acumulando gran número de torneos y largas semanas como números uno del mundo y tenistas de referencia. Coleccionando partidos memorables y despliegues tenísticos rozando lo excelso.
A día de hoy, los cuatro tenistas que formaron el denominado Big Four, alcanzan la treintena de edad como mínimo. Una edad que debería ser claro síntoma del comienzo de una decadencia tenística. Y momento en el que los más jóvenes y talentosos del circuito deberían comenzar a despuntar.
Pasan los días y las semanas. Pasan los meses y ninguno de las jóvenes promesas consigue levantar un título de Grand Slam. No obstante, si que existe un grupo reducido dispuesto a asaltar los puestos altos del ranking en cuanto todos los miembros del Big Four den un paso atrás.
Alexander Zverev
El alemán es el gran favorito para situarse en lo más alto del ranking en un futuro no muy lejano. Vencedor de dos torneos de Master 1000, no ha logrado dar la talla en ninguno de los Grand Slam que ha disputado, pero nadie discute su piel de campeón. Si logra una mejoría en el aspecto mental, no debería tardar mucho en lograr un título en alguno de los cuatro grandes.

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Grigor Dimitrov
Es complicado encasillar al búlgaro. Ante su recorrido y experiencia en el circuito ATP, es ciertamente cuestionable encasillarle dentro de la Next Gen. No obstante, pese a demorar el gran salto de calidad, lo consiguió dar en 2017, logrando su primer título de Master 1000 y venciendo en el Torneo de Maestros. La irregularidad demostrada de nuevo en 2018 vuelve a dejar dudas sobre su candidatura al número 1 del ranking, pero es indudablemente uno de los tenistas con más calidad fuera del Big Four.
Dominic Thiem
Me permitiré la licencia de considerar al austríaco como el príncipe de la tierra batida. Nadie más que él tiene opciones de vencer a Rafael Nadal en un duelo sobre polvo de ladrillo en la actualidad. Es un tenista que reúne las condiciones de juventud y de envidiable calidad, pero su gran nivel en tierra batida se ha visto habitualmente frustrado por el actual monarca de la superficie. Aunque no ha demostrado el mismo nivel en las demás superficies, el dominio sobre la tierra batida le augura un futuro prometedor en las giras de arcilla venideras.

Nick Kyrgios
Camino de convertirse en la eterna promesa del tenis, el australiano es indudablemente el jugador con mayor potencial entre los mencionados. Su mecánica de golpeo es tan impresionante como efectiva. El verdadero problema de Nick es tal vez la mayor fortaleza de los miembros del Big Four: la mente. Alivia constantemente su inmadurez mediante reacciones histriónicas y elevadas de tono. Todos esperan la reacción del aussie, al que le esperan grandes satisfacciones dentro de una cancha de tenis, pero únicamente si él quiere.
Más tarde o más temprano, el tenis de élite acabará por abrazar el cambio, y aunque será triste despedirse de unos de los tenistas mas talentosos y carismáticos de la historia, la necesidad de que suceda será aún más grande con tal de mantener el ciclo en movimiento.