Nicolás Jarry triunfa de menos a más ante un buen Federico Coria en dos parciales (7-6(4), 6-2) en su duelo por la segunda ronda del ATP 250 de Santiago. El chileno será rival del clasificado Corentin Moutet en los cuartos de final.
Jarry se hace fuerte en su debut en casa
Un partidazo en la sesión nocturna del Chile Open, buscando uno de los cupos en los cuartos de final. Nicolás Jarry hacía su debut en esta edición del torneo, llegando como el máximo cabeza de serie y también el campeón defensor. El chileno tuvo una gira irregular por Sudamérica, llegando a la final en Buenos Aires, pero luego cayendo demasiado pronto en Río de Janeiro, adonde defendía semifinales. Por su lado, Federico Coria buscaba dar el golpe del torneo, confirmando su gran momento en cuanto a sensaciones, sacando mucho provecho a esta seguidilla de torneos, haciendo semis tanto en Córdoba como en Buenos Aires.
Nicolás se hace fuerte en el tiebreak
El cotejo empezaría con el servicio de Coria, que ya iba a tener que afrontar serios problemas, aunque revertiría un 15-40, con dos break points, para sacar el juego adelante. A partir de ahí, un pasaje de mucha solidez por parte de ambos. Nico parecía no dejar dudas con su servicio, con gran mayoría de primeros y muy cómodo en la cancha, pero aún así, Federico tampoco se quedaba atrás, buscando mover a su rival e incomodando con su resistencia. El jugador local tenía que afrontar la presión de verse abajo en el marcador, pero, amparado por el apoyo generalizado de las tribunas, lograba superarlo sin inconvenientes.
Sin sacarse diferencias, el rumbo de este set se iba derecho rumbo al tiebreak. Ese desempate, marcado por algunos piques defectuosos, como toda la semana, e incluso una fea caída de Coria, afortunadamente sin consecuencias, el dominio sería de Jarry, que sería bien agresivo al saque y se lo iba a llevar por 7-4, con una volea ganadora final.
Victoria para el local
El propio Nicolás comenzaría al saque en la segunda manga, y ya en ese primer juego, debería salvar un punto de quiebre. Nuevamente los dos jugadores retomarían ese camino de la paridad, sosteniendo ese altísimo nivel. En el sexto game, Jarry firmaría un quiebre clave para adelantarse por 4-2, haciendo explotar a la gente y encaminando el partido a su favor. Con una tónica muy clara y concretando un segundo quiebre, el defensor del título logró sellar su victoria con un 6-2 definitorio.
