Novak Djokovic se ilusiona a lo grande en Ginebra y disputará el último partido, en busca de su tan ansiado título 100. El serbio sobrepasó la dura prueba de Norrie para citarse en la final con Hubert Hurkacz, un viejo conocido.
Djokovic acaricia el centenar de títulos en Suiza
El segundo Grand Slam de la temporada se avecinaba para un Novak Djokovic que se encontraba en el ATP de Ginebra puliendo su juego en tierra batida. El serbio llegó al torneo suizo con muchas incertidumbres sobre su nivel en la superficie, producto de sus eliminaciones tempranas en Montecarlo y Madrid. De igual manera, Nole mostró sus capacidades desde su estreno, tachando al húngaro Fucsovics y haciendo justicia frente al italiano Matteo Arnaldi. Por un lugar en la final, Djokovic se enfrentaba al británico Cameron Norrie, quien venía ganando desde la Qualy. La serie se encontraba ampliamente a favor de Novak, con una ventaja de 4-0.
Nole juega a lo que sabe y encuentra la ventaja
Los tenistas abrieron el telón con una postura sólida, resolviendo los primeros turnos de saque con gran capacidad y consiguiendo puntos rápidos. Norrie se veía enfocado en lo suyo, implantando golpes que eran impredecibles para su adversario, lo que le permitía atacar con espacios. A su vez, Djokovic buscaba comandar los puntos y tener el control de la pelota, ya que el británico lo ponía en aprietos cuando desenvolvía sus herramientas. En el quinto juego, el serbio se afirmó en el fondo y forzó errores en su rival, generando chances de break que no pudo capitalizar. Posteriormente, Nole exprimió el revés y desprendió la derecha para desbordar a Norrie, subrayando el primer quiebre del partido.
Alineado con sus cualidades, el tenista balcánico se mostró fino en su turno de servicio, desparramando sus tiros por todo el terreno para validar la ruptura. Djokovic se mantuvo firme en su posición, sumando puntos con facilidad y consolidando la diferencia para quedarse con el primer set por 6-4.
Norrie salva el desempate para nivelar el score
La segunda manga arrancó de la misma forma, con los protagonistas luciéndose en sus principales juegos de saque, sin sufrir contratiempos. Las variantes de Norrie daban buenos resultados, pero el serbio sabía cómo manejar el encuentro. En el cuarto game, Novak perdió la estabilidad y encadenó errores, regalándole la ventaja al británico tras ceder el servicio. Luego, Cameron realizó un buen trabajo en su turno de saque, validando el quiebre y colocándose 4-1. Los números se empezaban a alejar para un Djokovic que no podía hacer pie en la línea de fondo, sufriendo ante los tiros de su oponente.
Cuando el británico servía para cerrar el set, el serbio desplegó sus virtudes en la devolución, suprimiendo el tenis de su rival para capturar la ruptura que necesitaba. Con los dígitos igualados, los tenistas se aferraron a sus condiciones y empujaron la definición hacia el desempate. En el tiebreak, Norrie fue más efectivo que Nole, ejecutó mejor sus tiros y logró adjudicarse la segunda manga.
Djokovic eleva su nivel y se mete en la final
En el último asalto de la contienda se pudo ver a un Djokovic concentrado, produciendo un tenis sólido y dictando los puntos desde el resto para cosechar un quiebre temprano. Luego, el serbio reflejó su capacidad para manejar el ritmo en los intercambios, distribuyendo la pelota de lado a lado para ratificar el break. Con mucha soltura en sus golpes, Nole fue tejiendo su juego con la sabiduría con lo caracteriza, apoderándose de las riendas del encuentro. En el sexto game, el balcánico fabricó una gran defensa, neutralizando los ataques de Norrie y ejerciendo otro quiebre. Finalmente, Djokovic exhibió lo mejor de su tenis, atracando el perímetro del británico y sentenciando el pase a la final tras un 6-1 decisivo.