En palabras recogidas por Eurosport, la ex número uno mundial se mostró muy partidaria de que los encuentros a cinco mangas en el circuito femenino se puedan dar algún día, señalando que eso llevaría al tenis femenino a otro nivel, tanto físico como deportivo.
El debate sobre la posibilidad de reducir los encuentros de Grand Slam en el circuito masculino de cinco a tres sets continúa en alza, pero son pocos los que se atreven a plantear un cambio a la inversa en el circuito WTA, es decir, pasar de tres a cinco mangas en los torneos de mayor categoría. La francesa Amelie Mauresmo, toda una ex número uno mundial y bicampeona de Grand Slam (Open de Australia y Wimbledon 2006), no tiene dudas, señalando que le hubiera encantado disputar una final de esta clase de torneos a cinco sets.
En declaraciones facilitadas por Eurosport, Mauresmo afirma que esa posibilidad llevaría al tenis femenino a otro nivel en el aspecto físico y deportivo. En otro orden de cosas, la francesa también se refirió a su pasado como entrenadora de Andy Murray, algo que la gran mayoría del circuito masculino no vio con buenos ojos, y su experiencia al reconocer abiertamente su homosexualidad en su época de jugadora.
Muy favorable a los partidos a cinco sets en chicas
«Si las mujeres tuvieran esas oportunidad, esto llevaría al tenis a otro nivel físico y deportivo. Me hubiera gustado jugar una final de Grand Slam a cinco sets, estoy completamente a favor de que las mujeres jueguen encuentros así en una final de Grand Slam».
Una de las primeras deportistas en reconocer abiertamente su homosexualidad
«No viví bien la cobertura mediática, la que se produjo en torno a mi salida del armario. Era muy joven y me pesó enormemente justo después de decirlo. Resultó muy duro prestar esa atención que no había previsto ingenuamente. Pero rápidamente me desprendí de eso y la gente vio a la tenista, a la campeona en la que me convertí después. Fue más fácil vivir con el reconocimiento de lo que había logrado en la pista».
La reacción del circuito ATP a su unión con Murray
«El recibimiento de los jugadores, de otros entrenadores y de otros miembros del ‘staff’ de Andy fue muy duro, pero con él todo fue muy bien. No recibí ningún regalo, creo que no me respetaron por ser mujer y no haber sido entrenadora antes. Aprendí en el trabajo cómo ser entrenadora. Trabajé mucho para ponerme al día y sentirme con ese nivel y luego me fue muy bien, fue una bonita experiencia».
Incredulidad ante la propuesta del escocés
«Cuando Andy Murray vino a buscarme, creí que era un chiste». Después de Ivan Lendl, que era mucho mejor que yo, no veía qué podría aportarle como entrenadora. Nunca se había hecho en el tenis masculino o muy poco. Me di cuenta que tenía una gran responsabilidad y que no tenía derecho a equivocarme. Si me equivocaba, todas las mujeres se equivocan conmigo».
Reacia a convertirse en entrenadora al principio
«Nunca pensé en ser entrenadora. No me sentía capaz de hacerlo. Sin embargo, las semanas en las que me hice cargo del equipo de Copa Federación me fueron aportando pequeñas cosas aquí y allá, que me ayudaron» añadió la francesa.