La tenista rusa, actualmente afincada en el puesto 66 del mundo, reveló en Behind The Racquet las dudas que la atenazaron durante la temporada pasada y lo importante que es en un deporte como éste tener gente que te apoye y que te ayude en los momentos duros.
Hace un par de temporadas, Daria Kasatkina explotó en el circuito WTA llegando a alcanzar el top10 del ranking gracias a resultados tan destacados como su título en Moscú, las finales en Dubai e Indian Wells y los cuartos de final en dos Grand Slams, Roland Garros y Wimbledon. Sin embargo, las elevadas expectativas que generó su gran 2018 la hicieron dudar en demasía. La moscovita no pudo responder a toda esa presión en un 2019 completamente aciago (13-21 en victorias/derrotas). De ese difícil período donde pensó incluso en retirarse temporalmente y la enorme exigencia de un deporte individual como es el tenis habló en Behind The Racquet.
La dificultad de manejar las expectativas
“Acabé el 2018 entre las diez mejores del mundo. El principio de 2019 fue duro, todos tenían puestas muchas expectativas en mí. En aquel momento, rompí con mi entrenador y con la mayoría del equipo que me había acompañado hasta ese momento. Ni siquiera disponía de un compañero de entrenamientos, así que no era fácil prepararme bien para los partidos. Me encontraba sola, sólo mi hermano estaba conmigo en los torneos. Me sentía muy perdida”.
“Quería tomarme un respiro, pero tenía que jugar obligatoriamente los torneos más importantes debido a mi ranking. Si decidía saltarme esos torneos, me vería obligada a pagar una multa importante. No me quedó otra que continuar jugando aún sabiendo que me estaba viniendo abajo”.
La exigencia del tenis
“El tenis es uno de los deportes más complicados que existen. Siempre estás sola, nuestras temporadas suelen ser más largas que las de los demás deportes y, además, financieramente nunca llegas a estar del todo segura. Si no juegas torneos, no ganas dinero. Si no juegas bien y pierdes pronto, necesitas ganar dinero de alguna otra forma u optar por otros torneos más pequeños. Llega un momento en el que no puedes más. La mayoría de los profesionales llegan a un punto en el que no pueden dar más de sí”.
Dudas sobre si parar o no
“Me pregunté si debía parar. Pero luego, cuando lo pensaba me decía a mí misma: ¿Si me retiro ahora, qué voy a hacer? Todas esas dudas me volvían loca porque amas lo que haces pero al mismo tiempo te sientes completamente agotada. Sabía que si paraba tendría que cambiar el chip y que sería muy difícil sostener mi nivel cuando volviese. Todos esos pensamientos me superaban”.
Un nuevo entorno más favorable
“Decidí comenzar a trabajar con un psicólogo y puedo decir que fue una excelente decisión. Sinceramente, pienso que muchos jugadores jóvenes podrían beneficiarse de esto. Es duro aceptar que necesitas ayuda, pero me di cuenta de lo importante que es tener a alguien a tu lado que te escuche, entienda y aconseje. En el tenis existe mucha presión, por eso es muy importante disponer de esta clase de apoyo”.
“Desde entonces, he renovado mi equipo. Ahora estoy trabajando con Carlos (Martínez), alguien a quien siento como si fuera un hermano para mí, además de ser también mi preparador físico. También sigo yendo al psicólogo. Todas estas personas son las que ahora me sostienen. Eso significa mucho en un deporte como este en el que siempre estás sola. Es de gran ayuda tener a un equipo completo detrás de ti que te ayude a tirar hacia delante, eso es lo más importante”.