Carballés Baena venció a Gael Monfils por (6-1, 3-6, 7-6(4)) en un choque que superó las dos horas y media. El número 98 del mundo se enfrentará a Delbonis (52º) en los cuartos de final del ATP 250 de la capital serbia.
Tanto el galo (15°) como el español (98°) buscaban recuperar en Belgrado sensaciones de cara al segundo Grand Slam del año: Roland Garros. El primero llegaba a esta cita con un saldo esta temporada de una victoria y cuatro derrotas por las cuatro y nueve del segundo. Monfils encaraba el encuentro como el primero de la semana tras acceder directamente a los octavos como segunda cabeza de serie. Por su parte, el tinerfeño había solventado la fase previa con sets corridos ante Basic (293º) y Kopriva (260º) y ganado la primera ronda ante Rinderknech (117º) por 6-0 y 6-4.
Muy pocos partidos este año y con un bagaje negativo. Estos dos elementos pesaron a Monfils desde el comienzo del partido. Tres dobles faltas en su servicio ponían el 2-0 para el tinerfeño. Este sacaba muy cómodo pues sus servicios apenas encontraban oposición. El galo se hallaba muy incómodo en pista generando muchos errores no forzados. Para más inri, su rival no fallaba nada, motivo que le desesperaba cada vez más.
Esta situación llegaba hasta el 4-0 saque para Carballés. El francés cambiaba el chip y comenzaría a serenarse mucho más en los intercambios. Ambos jugadores necesitarían construir el punto mucho más a partir de ese momento. A pesar de disponer de tres bolas de break, no conseguiría materializarlas, por lo que el español firmaba el quinto juego del partido.
Después de pasar por una breve parada médica conseguía abrir el marcador y equilibraba en cuanto a juego el partido. Este buscaba desnivelar los puntos mediante su potencia mientras que Carballés se invertía de derecha para desquiciar a Monfils. Finalmente el tinerfeño se llevaba la primera manga a la segunda oportunidad.
Parecía seguir los mismos derroteros el segundo set con Carballés rompiendo de nuevo a Monfils pero este reaccionaba y ponía el 1-2 a a través de un juego cada vez más agresivo. Con el paso de los juegos, el número 15 del mundo dominaba con cada vez mayor frecuencia los puntos, aunque el número 98 activaba el modo muro para aguantar los momentos de inspiración del francés. Su mejora en el juego se veía plasmada en el marcador con el 5-2 a su favor. El español apenas le hacía daño desde el fondo de pista mientras que Monfils encontraba muchas formas de llevarse de su lado los intercambios. Dicha tendencia se mantuvo hasta el final del set con suerte dispar para el canario, 6-3 para Monfils.
El desenlace
En este caso era Monfils quién rompía en el primer juego. Tras salvar tres bolas de rotura ponía el 2-0 con un estilo cada vez más propositivo. Las dejadas y la derecha paralela e invertida ejecutadas por el francés hacían cada vez más daño a un Carballés que luchaba por evitar la hemorragia. En el tercer juego salvaba tres puntos de rotura. El canario buscaba cada vez más rapidez con sus tiros aunque su falta de saques potentes hacía de sus servicios más inofensivos.
El encuentro volvía a equilibrarse a partir del quinto juego con un Carballés que frenaba los saques de Monfils. Con 3-3 de nuevo cada punto era una batalla. Cada tenista con sus armas, dominaba un escenario de igualdad absoluta en el que miedo al fallo se imponía a la valentía.
Cuando parecía tenerlo en su mano el 15 del mundo, el tinerfeño volvía a imprimir a la bola una mayor rapidez para firmar el 6-5. En cambio, Monfils no se ponía nervioso y con su sexto ace, forzaba el tiebreak. Carballés remontaba un 1-4 abajo y firmaba un parcial de seis puntos seguidos. Al contrario de lo que pudiera pensarse, Monfils no hizo pesar su experiencia en esta instancia. De nuevo invirtiéndose de derecha, el canario conseguía encajonar en el fondo a su rival para acceder a sus segundos cuartos de final de la temporada tras los cosechados en el ATP 250 de Santiago.
