Por segundo año consecutivo Stefanos Tsitsipas consigue proseguir a la final del ATP 500 de Dubái. Lo logró al vencer en la semifinal al británico Daniel Evans (6-2, 6-3) en hora y 21 minutos de juego.
Autoridad plena del heleno
Primer enfrentamiento entre dos tenistas que llegaban con un camino bastante diverso. El británico, perdía su virginidad en las semifinales de un ATP 500 frente a un oponente acostumbrado en este tipo de rondas pese a su corta edad.
Con muchos más minutos en pista, teniendo que sacar sus encuentros en los últimos momentos, Daniel se encontró con un Stefanos lleno de intenciones en el inicio del envite. Sin estar acurrucado y sin querer pasar bola únicamente, se encontró con ganas de ir a buscar condiciones ofensivas. Metido en pista y apretando mucho con sus golpes tuvo muy lejos a Evans del fondo de pista.
Todos los puntos disputados por el actual campeón del torneo tenían algo que explicar. Sólido en el servicio puso en aprietos a su rival en todo instante y con dos quiebres se llevó el primer parcial con un 6-2 en poco más de media hora.
La inercia continuaba a favor del segundo cabeza de serie del cuadro. Con un sonoro grito que fue aplaudido por la grada, el británico consiguió recobrar sensaciones con el servicio logrando ponerse por delante en el electrónico, pero la situación no logró cambiarse. El cuarto tercer juego vivió el quiebre del heleno con un error de derecha de Evans desde mitad de pista. En todo instante, daba la sensación de que el quiebre tenía que llegar.
La actitud del británico era digna de elogio. Se veía casi constantemente descolocado pero no perdía el carácter en ningún instante. Cuando llegaba un ganador lo celebraba, pero en esta ocasión, Tsitsipas fue superior en todos los aspectos de juego y con amplia seguridad en sí mismo, se citará con Novak Djokovic o Gael Monfils en busca del segundo título consecutivo tras ganar la pasada semana en Marsella.
