Estamos a tan solo unos días de que dé comienzo el Open de Australia 2025, un torneo que lleva acompañándonos desde 1905, en aquella primera edición en la que Rodney Heath se coronó como campeón.
Este año, el primer Grand Slam de la temporada tendrá lugar entre el 12 y el 26 de enero, dos semanas en las que el Melbourne Park será pisado por los mejores tenistas del mundo. En esta previa al torneo, la expectación es máxima, con cada vez más aficionados dedicados a apostar en tenis y tratar de averiguar el desenlace.
A excepción de Marat Safin, Stan Wawrinka y Jannik Sinner, el Grand Slam de Asia-Pacífico ha sido siempre el escenario de victoria de Novak Djokovic (10), Roger Federer (6) y Rafael Nadal (2), habiendo ganado todas las ediciones el Big 3 salvo las tres mencionadas. Este 2025, el italiano Jannik Sinner, número uno del mundo en el PIF ATP Rankings, tendrá que defender su título.
El segundo cabeza de serie es el alemán Alexander Zverev, quien quedó muy cerca de ganar un Grand Slam en el US Open de 2020. Le sigue Carlos Alcaraz, quien busca convertirse en el tenista más joven en completar cuatro Grand Slams. El murciano ha iniciado su temporada con un partido de exhibición ante el australiano Alex de Miñaur, aunque cayó derrotado.
En cuanto al 10 veces campeón Novak Djokovic, ocupa el séptimo lugar en la lista de cabezas de serie. El serbio, quien desde el oro olímpico de los Juegos de París de 2024 no ha sumado ningún título, buscará coronarse en el Open de Australia 2025, el cual se convertiría en su título número 100.
Por su parte, Nick Kyrgios, de 29 años, ha encendido las alarmas tras anunciar una distensión abdominal de grado uno. Esta lesión le ha obligado a cancelar su participación en un partido de exhibición programado contra Novak Djokovic para el próximo jueves 9 de enero. «Descansaré y haré todo lo posible para poder estar bien para el Open de Australia«, ha expresado en sus redes sociales el tenista de Canberra. Su ausencia sería significativa, ya que se convertiría en la tercera consecutiva en un torneo en casa, un golpe duro para sus seguidores locales.
Mientras tanto, el joven español Martín Landaluce, de 18 años, avanza con paso firme en la fase previa del torneo. Tras coronarse campeón junior en el US Open 2022, Landaluce busca debutar en el cuadro principal de un Grand Slam. En Melbourne Park, superó al japonés James Trotter con parciales de 6-4 y 7-5, demostrando madurez y determinación en momentos clave del partido. Ahora, se enfrentará al checo Dalibor Svrcina en la ronda final de la clasificación, con la esperanza de unirse a la élite del tenis mundial en el cuadro principal.
El sorteo de los cuadros, programado para la madrugada del 9 de enero, podría deparar enfrentamientos tempranos entre los favoritos. La posición de Novak Djokovic como séptimo cabeza de serie abre la posibilidad de cruces anticipados con jugadores como Jannik Sinner o Carlos Alcaraz en las rondas iniciales. Además, la irrupción de jóvenes talentos como Giovanni Mpetshi Perricard añade un elemento de incertidumbre para los favoritos. El francés, con su potente servicio y juego agresivo en la red, ha demostrado ser un rival incómodo en superficies rápidas como las de Melbourne Park. Su presencia en el cuadro principal podría ser una amenaza para los cabezas de serie en las primeras rondas.
Respecto al cuadro femenino, la atención está puesta en la polaca Iga Swiatek, actual número uno del mundo, quien busca ampliar su dominio en los Grand Slams y añadir a su palmarés su primer título en Melbourne. También hay grandes expectativas puestas sobre la joven estadounidense Coco Gauff, reciente campeona del US Open y United Cup. Además, en esta edición regresa a la acción Naomi Osaka, quien recibió una wildcard para el torneo después de su ausencia en 2024 por maternidad. La japonesa, bicampeona del Open de Australia, intentará recuperar su mejor nivel en una superficie donde ha brillado en el pasado.
Por último, en dobles, la pareja conformada por los australianos Rinky Hijikata y Jason Kubler, campeones en 2023, intentará revalidar su título ante una competencia feroz.
