Alexander Zverev dejó atrás la arcilla y comenzó su aventura en el césped alemán, superando el debut en el Boss Open. El número tres del mundo venció en dos sets al francés Moutet para meterse en los cuartos de final.
Zverev se estrena con victoria en Stuttgart
Alexander Zverev (3°) se alejaba de la tierra batida para afrontar la gira sobre césped, iniciando su camino en el ATP 250 de Stuttgart. Luego de caer ante Novak Djokovic en los cuartos de Roland Garros, el tenista alemán regresaba a su país de origen para pulir su juego en la superficie verde, enfocándose en el Grand Slam londinense. En su primera prueba, Zverev se medía con el francés Corentin Moutet (91°), quien venía de tachar a Fabio Fognini en un intenso partido. La temporada de hierba ha sido uno de los desafíos más complejos que tuvo Sascha a lo largo de su carrera y necesitaba recaudar confianza con urgencia.
El alemán domina el primer set
El alemán se estrenó en el partido con un tenis sólido en el retorno, mostrando claridad en sus golpes y concretando un quiebre rápido. Luego, Sascha tomó la iniciativa en su turno de saque, imprimiendo ataques punzantes para validar la ruptura. Moutet intentaba realizar su juego, pero la pelota llegaba con mucha aceleración, lo que le quitaba tiempo de reacción. Sin embargo, el francés logró desenvolverse en el cuarto game, sobrepasando los límites de su rival y recuperando el servicio. Aún así, Zverev respondió rápidamente, ajustando sus ejecuciones en la devolución y dejando sin opciones a Moutet para marcar otra ruptura. Acto seguido, el alemán debió acudir a sus mejores herramientas para esquivar tres bolas de break.
Posteriormente, en el séptimo game, el número tres del mundo se encontró con un regalo del jugador galo, quien acumuló errores no forzados y cedió el servicio. Con las cifras en su haber, Zverev desplegó una serie de golpes contundentes que le sirvieron para sellar el primer set con un 6-2.
Zverev resuelve la victoria en el desempate
En el segundo parcial, los protagonistas reflejaron un tenis eficiente, haciendo valer sus ejecuciones para marcar las primeras cifras en el score. El francés buscaba incomodar a su oponente con diferentes variantes, pero Zverev no perdía el enfoque y resolvía con claridad. Las primeras ocasiones de ruptura aparecieron en el sexto juego a favor de Moutet, quien logró comandar los puntos con su versatilidad, pero no supo capitalizar la ventaja. En el séptimo juego, el alemán mostró su firmeza en la línea de fondo y descompuso el juego del francés para conseguir un quiebre. De todos modos, Corentin se afirmó en el siguiente game, encontrando espacios para atacar y recuperando el break.
Con el correr del encuentro, el francés empezaba a desarrollar todas sus capacidades, complicando el panorama de un Zverev que no podía dominar con sus armas. Sin mayores contratiempos, los jugadores se sumergieron en un desempate que estuvo repleto de emociones y puntos de máxima tensión, donde el alemán supo hacerse con la victoria.