Alejandra Salazar habló sobre su vuelta a la competición y la decisión de Triay de no seguir jugando juntas esta temporada.
Alejandra Salazar es una de las jugadoras más laureadas de la historia del pádel y tiene un legado que se ha ganado a pulso. Además, es una de las jugadoras más queridas por la afición por su juego y por su afable carácter a lo largo de todos estos años. Algo que destaca de su personalidad es la capacidad de luchar contra las adversidades, más aun con las lesiones. Tras operarse del codo, saltó la noticia de que Gemma Triay y ella no volverían a jugar como compañeras por decisión de la mallorquina. Tras esto, Alejandra dio una entrevista para Marca en la que habló sobre su lesión y la decisión de Gemma.
Adiós a la pareja Triay y Salazar
Decisión de Triay
«Lo hablamos en Marbella y comentamos todos la decisión, con la psicóloga y el traumatólogo también, nos dijeron los tiempos que se manejaban para mi vuelta. Ambos me animaron a operarme para estar a tope en septiembre. Yo lo hablé con Gemma y ella me dijo que había empezado el año conmigo, que quería acabarlo a mi lado y que en 2024 ya se vería. Pero sí, la idea era que TriAzar siguiese«.
«Tras el de Málaga nos íbamos unos días fuera y ya retomaríamos ahora los entrenamientos pensando en Finlandia, pero en esta semana anterior de vacaciones me llama y me dice que lo siente mucho pero que va a seguir con Marta. Me da pena que no se me dé la oportunidad de ver qué tal va el codo, porque yo soy la primera que daría un paso a un lado si veo que aquello no va bien o que el codo me sigue molestando y no doy una versión aceptable de mí misma en pista».
Sobre su lesión
«He tenido épocas mejores y épocas peores. Cuantos más torneos y más carga tenía, peor. Y he tenido que ser muy consciente de ello y cuidarme mucho, mucha fisioterapia también de descarga, porque el codo cada vez que jugaba acababa inflamado. Ha sido constante esa inflamación y aprendí a vivir con ella. Si había un día que había que parar, pues paraba y mi cuerpo lo ha ido medio llevando así. En los últimos torneos ya me quedaba casi sin fuerza en los dedos, tenía muchos calambres… y ya no había otra que pasar a la operación».
