El tenista chileno volvió a sonreír después de lograr su quinto trofeo en este circuito. Jarry puso la guinda a una gran semana tras vencer en la final al colombiano Nicolás Mejía (7-6(7), 6-1). Quinto trofeo Challenger en su carrera y sobre todo una gran alegría tras los meses que ha estado apartado del circuito.
Nicolás Jarry ha vuelto a sonreír después de los momentos tan duros que ha pasado en los últimos meses a causa de la suspensión por dopaje. El chileno llegó a ser número 38 del mundo en 2019. Era el mejor tenista del país hasta que llegó la mala noticia de la suspensión. Volvió a competir en torneos ITF y algunos Challengers gracias a invitaciones a finales de 2020. A este torneo en Ecuador llegaba gracias a una wild card.
Jarry era sabedor de que debía aprovechar estas oportunidades para ganar confianza en su tenis y sobre todo poder escalar posiciones lo más rápido posible en el ranking. Después de una gran semana se presentó en la final tras derrotar en el torneo a Alvárez, Sekiguchi, Tirante y Ugo Carabelli. En la lucha por el trofeo esperaba el colombiano Nicolás Mejía que sigue creciendo semana tras semana y en el primer torneo de salinas se había mostrado como una de las revelaciones.
Nuevo título Challenger
En la primera manga hubo mucha igualdad y no se vio ni una sola opción de rotura. Los servicios se impusieron sobre la pista y es que ambos dominaban a placer con su saque. Finalmente la primera manga se decidió en el tie break. La balanza seguía tan igualado como en todos los juegos. Llegaron hasta el 7-7 momento en el que Jarry sumaba dos puntos consecutivos y se llevaba el primer parcial.
El chileno estaba más cerca de sumar un nuevo trofeo Challenger en su palmarés. La segunda manga no tuvo nada que ver con la primera y es Jarry impuso su poderío para en poco tiempo poner un 6-1 que le hacía proclamarse campeón en el Challenger de Salinas.