Final soñado para Manuel Guinard al levantar el primer título Challenger de su carrera al vencer a Tseng (6-1, 6-2), en el torneo de Roseto degli Abruzzi 2.
Hay campeón en el Challenger de Roseto 2. Manuel Guinard se ha convertido en el vencedor del segundo Challenger en esta localidad al vencer de forma muy clara en la final a un irregular Tseng en una final que sólo ha tenido color francés en la pista de tierra batida. Guinard llegaba a este torneo tras alcanzar las semifinales del Challenger de Pau, sobre pista indoor. Por su parte, Tseng llegaba a su segunda final del año tras levantar el título en el Challenger de Bengaluru en tierras indias hace poco más de un mes.
Ambos llegaban a esta final dejando muy buenas sensaciones, y con estilos de juego bastante diferentes. El tenista asiático se plantaba en esta final gracias a su gran solidez desde el fondo de pista y a su buen físico. El francés lo hacía a base de un buen servicio y un tenis algo más directo y agresivo que el de su rival.
Guinard sella una final perfecta
La final no ha tenido demasiada historia, aunque se esperaba una batalla interesante entre ambos jugadores. Tseng comenzaría haciéndose con un break al inicio del partido, pero desde ese momento ha sido superado por el tenista francés en todo momento del partido. Su solidez que tantos éxitos le había dado en estos partidos anteriores se diluía ante el buen hacer de Guinard al saque y en términos ofensivos, y el galo comenzaría mandando al imponerse en el primer parcial por un claro 6-1.
Tseng seguía sin conseguir que su juego aguerrido y de solidez fluyese en el segundo set. Delante tenía a un inspirado Guinard que devolvía todo y forzaba al asiatico a arriesgar más y a cometer más fallos de los normales. El francés se sustentaba en su buen servicio y en sus golpes planos para esperar los errores de un Tseng que no se encontraba cómodo en ningún momento a lo largo del partido. Finalmente sería derrotado de forma muy clara por un Guinard que ha sabido adaptarse con su altura. Su gran servicio a una pista de arcilla como es la de Roseto, y demostrando que su tenis también puede ir bien sobre tierra batida.
