Arthur Fils supo lidiar con las adversidades en la final de Hamburgo para oponerse al campeón defensor. El tenista francés mostró una de sus mejores versiones para derrotar a Zverev con parciales de 6-3, 3-6 y 7-6. Primer título ATP de la temporada para el nuevo número veinte del mundo.
Fils jugó el partido de su vida en la final de Hamburgo
La final del ATP 500 de Hamburgo se definía entre Alexander Zverev (4°) y Arthur Fils (28°), el primer preclasificado contra el quinto sembrado. El alemán, campeón en la edición pasada, buscaba retener la corona en su casa ante un rival que venía en ascenso. El tenista francés se encontraba en su primera final del año a nivel ATP, se había consagrado en el Challenger de Burdeos. En este torneo, Fils adaptó una excelente forma, exponiendo una de sus mejores versiones a nivel tenístico, llegó al último partido perdiendo un solo parcial. A su vez, Zverev sigue demostrando su jerarquía en cada pista que recorre, quería obtener el segundo título de la temporada. La balanza se inclinaba del lado del alemán, pero el francés contaba con buenas cartas.
El francés marcó el ritmo
Se esperaba un duelo intenso entre estos dos tenistas, principalmente por las características de cada uno. Los dígitos se rompieron rápidamente, Fils desplegó una gran defensa en el segundo juego quedándose con un quiebre. De todos modos, los juegos eran muy cerrados, se jugaban más de seis puntos con muchos intercambios. En el quinto juego, Zverev generó múltiples ocasiones para recuperarse, pero el francés supo lidiar con la situación y salió totalmente ileso. Fils estaba jugando a un altísimo nivel, propuso mucha intensidad para doblegar al alemán. La paridad en el juego era constante, los jugadores tenían que llevar su tenis al límite para cerrar los puntos. A pesar de que Zverev siguió sumando oportunidades de quebrar, el tenista galo resistió con su estado físico para cerrar el primer set por 6-3.
Zverev recuperó terreno e igualó el score
El desarrollo del juego podía cambiar en cualquier momento, Zverev estaba mostrando un buen nivel de tenis y Fils necesitaba sostener la intensidad. El alemán desplegó su mejor retorno, sumó chances de quiebre en el cuarto juego, aunque el francés pudo defender lo propio. Las emociones empezaban a jugar un papel muy importante en el partido, la frustración se vio impactada en Zverev. Sin embargo, el finalista de Roland Garros siguió insistiendo con sus aceleraciones, aguantó desde el fondo y consiguió su primer quiebre. Con algunas dificultades, el alemán supo convivir con los ataques del francés para ratificar el break. Sascha logró estabilizar su juego, se hizo fuerte en la distribución de pelota y se apropió del segundo parcial por 6-3.
Fils prevaleció en el tiebreak
El alemán fabricó una posibilidad de ruptura en el juego inicial del set definitorio, pero Fils pudo desenvolverse para oponerse a la adversidad. Los tenistas continuaban forzando su tenis para sostener los turnos de servicio, ya no quedaba margen de error. La pulseada podía ser ganada por cualquiera de esos dos jugadores, la presión aumentaba a medida que corrían los puntos. El quinto juego fue sumamente apretado, estuvo repleto de puntos adicionales, Fils pudo desenredar los números para seguir firme. Zverev buscaba amplitud con los tiros para después cerrar los puntos en la red, le resultaba cómodo ese juego. Saque contra saque, los tenistas establecieron el marcador 5-5 y alargaron el encuentro. Como no había otra manera, el alemán y el francés se sumergieron en un desempate. Finalmente, Fils supo convivir con un ambiente hostil, tomó las riendas del duelo y le arrebató la corona al último campeón.