Con sus títulos en Basilea, Federer ya ha demostrado en varias ocasiones que no se achanta al jugar en casa y que es capaz de ofrecer un tenis muy sólido. Donde le costó dejar huella fue en el torneo de Gstaad, donde no logró ganar hasta el año 2004.
Gstaad 2004
Durante los años anteriores, el suizo había perdido las tres finales que disputó y la vez que más cerca estuvo de levantar el título, acabó cediendo en el quinto set ante Jiri Novak en la temporada 2003. La realidad era que desde su debut en el año 1998, Roger nunca se había sentido cómodo y en sus primeras cuatro participaciones no logró pasar de la primera ronda.
En la temporada 2004, Federer llegó al torneo repleto de confianza. Venía de defender su corona de Wimbledon, donde había logrado vencer a Andy Roddick en la final y previamente había ganado el título de Halle. A pesar de que era un torneo que no se le daba del todo bien, ese año tenía los alicientes necesarios para dar la sorpresa y lograr su objetivo.
Tras una primera ronda bastante sencilla (6-1, 6-1), Federer se vio las caras en segunda ronda con el gran sacador Ivo Karlovic. No fue un partido sencillo, el tenista croata conectó 15 saques directos y estuvo muy cerca de eliminar a Roger. Finalmente, este acabaría llevándose el partido en el tie-break del tercer set (6-7(5), 6-3, 7-6(4)). Debido a la lluvia del día anterior, volvió a jugar unas horas más tarde y en esta ocasión se enfrentó a Radek Stepanek. También fue un partido complicado, ya que Stepanek aprovechó la fatiga del suizo y se anotó el segundo set. Finalmente, el partido se lo llevo el suizo en el tercer set (6-1, 5-7, 6-4).
El tercer partido en 24 horas le tocó jugarlo ante el tenista italiano Potito Starace, que venía de la fase previa. Federer se impuso a su rival y logró llevarse el partido (6-3, 3-6, 6-3). De esta forma, consiguió las 50 victorias en la temporada y aunque admitió que se sentía cansado, se comprometió a darlo todo en la final.
“Me siento muy cansado ahora mismo, pero espero recuperarme esta tarde para el partido de mañana. Estoy fatigado pero todo está bien. Estoy algo rígido, pero es algo que esperaba. Creo que me queda otro partido en mí, así que debo prepararme y dar lo mejor”.
En la final, Roger Federer se enfrentó a Igor Andreev y mostró un nivel de tenis superior al de las rondas previas. A pesar de los nervios, Federer supo gestionarlo bien y tras un error de revés de Andreev, se proclamó por primera vez campeón de Gstaad (6-2, 6-3, 5-7, 6-3).