El argentino Tomás Etcheverry fue de menos a más en su debut en el ATP de Adelaida y se aseguró un lugar en los octavos de final tras derrotar al local Schoolkate por 7-6, 6-3.
Etcheverry se abre camino en Adelaida
La temporada 2025 le abría las puertas a Tomás Etcheverry (39°) que hacía su debut en el ATP 250 de Adelaida antes de arribar en Melbourne para jugar el primer Grand Slam del año. El tenista argentino venía de cerrar la pasada campaña en la United Cup junto a su país, donde perdió ante Alex De Miñaur y venció al británico Harris. En esta oportunidad, Etcheverry se medía con el australiano Tristan Schoolkate (173°), quien había recibido una Wild Card para disputar el certamen. El jugador argentino se topaba con un joven tenista que llegaba con hambre de triunfo tras su participación en Brisbane.
El argentino resiste en un tiebreak intenso
Los primeros compases del partido exhibieron a un Schoolkate decidido en su propuesta de juego, concretando tiros de buena calidad y generando tres chances de quiebre en el primer turno de devolución. De igual manera, el argentino resaltó su juego defensivo y no permitió que se le escape en las cifras. Ambos tenistas se mostraron firmes en los turnos de servicio, promediando altos porcentajes de puntos ganados con el primero. Los números se mantuvieron igualados, sin ocasiones de quiebre en el desarrollo y los jugadores se metieron en un desempate. Schoolkate consiguió una considerable ventaja en el tiebreak, pero Etcheverry mostró su espíritu de lucha para inclinar el set de su lado.
Etcheverry afina su tenis y consigue la victoria
Después de ganar un primer set ajustado, Etcheverry tuvo un inicio prometedor en la segunda manga, siendo preciso en cada ejecución. Luego, el argentino se plantó en el fondo de la cancha y creó chances de break con el revés para después concretar la ventaja. Acto seguido, el tenista platense hizo un buen trabajo en el servicio para validar la ruptura, marcando una distancia de 3 a 0. Schoolkate conseguía algunos buenos puntos y pedía el aliento del público, pero eso no afectaba en el juego de Etcheverry, quien se mantenía estable en los intercambios. Efectivo en la distribución de sus golpes y repleto de confianza, el argentino controló los ataques y selló la victoria con un cómodo 6-3.
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