El britanico Jack Draper venció 1-6, 7-6(3) y 6-3 al belga David Goffin en la final del ATP Challenger 75 de Bérgamo. Este significó su quinto campeonato en la categoría, noveno a nivel profesional.
Luego de sufrir varias lesiones, que lo marginaron de las pistas, Jack Draper comenzó a ver resultados en el US Open. Allí sumó tres triunfos cruciales, que más tarde repercutieron en su juego y moral. Unas semanas después, alcanzó la final en Orleans, con triunfos sobre Van Assche y Albot, y pasó la clasificación del ATP 500 de Tokio, donde en primera ronda llevó hasta el límite a Alex De Minaur. En su llegada a Italia, dejó en el camino a Franceso Maestrelli, Andrea Vavassori, Billy Harris y Brandon Nakashima. De esa manera, se instaló en la definición y enfrentaba a David Goffin.
Goffin se adelanta, Draper iguala
Sin tiempo para adaptarse, Goffin inició con todo. Agresivo, suelto y lanzado. Si bien tuvo que destrabar un duro arranque, luego le encontró la vuelta y poseyó sus primeras oportunidades. En el tercer game, halló dos tiros ganadores, aprovechó los errores de Draper y quebró para ponerse 2-1. A partir de ahí, fue ampliamente superior y solo se encargó de estirar la diferencia. Casi sin oposición por parte del británico, el belga volaba en la cancha. Rápido, intenso y muy efectivo. De hecho, unos minutos después, conquistó otro break y se puso 4-1. Con la diferencia de su lado, Goffin no bajó el nivel, volvió a romper y se adueñó del set por 6-1.
En el segundo, Draper jugó mucho mejor y expuso una versión sólida, muy similar a la que mostró durante la semana. Por su parte, el belga tampoco erró o fue inconsistente, por lo que sin breaks, la manga se definía en un tie-break. Pese a que empezó igualado y reñido, el británico se las ingenio y tomó la ventaja. Ante la desesperación de querer cerrarlo antes, Goffin no construyó bien los puntos y se equivocó en repetidas ocasiones. Finalmente, sin problemas, el británico lo ganó por 7-6(7-3).
El oriundo de Sutton grita campeón
Tenísticamente hablando, el tercero tuvo un tenis más precario, simple y poco vistoso. No obstante, abundaron las oportunidades, seguramente por el cansancio y nerviosismo. De hecho, cedieron en cinco oportunidades su turno y el último cayó del lado de Draper. Con una diferencia de 5-3 a su favor, el británico se calmó, tomó buenas decisiones y lo finiquitó a tiempo por 1-6, 7-6 y 6-3.