Grigor Dimitrov comienza de la mejor manera con un triunfo sobre el italiano Lorenzo Musetti en sets corridos (6-3, 6-4) en su duelo por la primera ronda del ATP 500 de Viena. El búlgaro será rival de Medvedev o Fils en la siguiente instancia.
Un partidazo entre dos jugadores talentosos para cerrar la jornada en el Erste Bank Open. Grigor Dimitrov hacía su primera presentación luego de una gira por China más que positiva, haciendo cuartos de final en Pekín, y luego semifinales tanto en Chengdu como en el Masters 1000 de Shanghai, para meterse de regreso en el Top 20 del ranking, recuperando por momentos esas sensaciones de años atrás. Por su lado, Lorenzo Musetti venía en un momento diferente, con algunas eliminaciones tempraneras y sorpresivas ante rivales muy inferiores, por ejemplo con su despedida en la primera ronda del US Open ante el francés Droguet, y lo propio en Shanghai ante el taiwanés Hsu.
Dimitrov prevalece en el duelo de reveses a una mano
Mejor comienzo del partido para Dimitrov, y es que luego de unos primeros juegos rápidos, donde el sacador prevalecía de manera accesible, el búlgaro iba a firmar la primera rotura de la noche austriaca en el cuarto game, para después sostener su saque y escaparse en los números con una buena ventaja de 4-1. El tenista italiano presentaba unas cuantas dificultades con su servicio, pero aún así lograba sacar adelante otro juego con bolas de break en contra para mantener la mínima diferencia en el score. El de Haskovo sostendría ese margen para llevarse la primera manga por 6-3.
Una tónica bastante similar para el segundo parcial, con Grigor muy firme al saque, sobre todo cuando lograba poner en juego sus primeros servicios, y luego un Musetti más dubitativo, que tenía que afrontar bolas de break en algunas oportunidades, aunque se mantenía en la pelea de igual a igual. Por cómo venía el desarrollo del set, todo parecía decantar en un tiebreak. Sin embargo, el ex No.3 del mundo se pondría al frente en el momento justo, en el noveno juego, para luego cerrar la faena con sus propias manos. Finalmente, Dimitrov sentenció el partido con un 6-4 definitorio, dando el primer paso en Viena.