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Del Potro: «Ojalá algún día esto se acabe porque quiero vivir sin dolor»

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Juan Martín Del Potro voleando durante un partido | Foto: Paul Zimmer - ITF

El ex tenista argentino se abrió emocionalmente para contar públicamente todo lo que lleva sufriendo estos últimos años debido a sus constantes operaciones en la rodilla, todas ellas infructuosas en la búsqueda de una mejor calidad de vida. 

Del Potro recuerda sus peores escenarios con el dolor

A pocos días de disputar un encuentro de exhibición junto a Novak Djokovic en su Argentina natal, Juan Martín del Potro publicó un testimonio absolutamente desgarrador acerca de todos los problemas vividos en los últimos tiempos por las frecuentes lesiones que ha sufrido en la rodilla, unas dolencias que ni siquiera hasta ocho pasos por el quirófano han podido subsanar.

En un extenso vídeo de 12 minutos compartido en sus redes sociales, cuyas declaraciones también recoge la web oficial de la ATP, el tandilense resumió el calvario que lleva sufriendo durante estos últimos años, una tortura diaria que comenzó con una primera cirugía en el verano de 2019 y que, desde ese día hasta hoy, le ha impedido desarrollar una vida normal.

El campeón del US Open 2009, cuyo último partido como profesional se remonta al Open de Buenos Aires en 2022, desea poner fin a esta pesadilla de una vez por todas, aunque antes de eso, también querrá disfrutar todo lo que pueda de su último paso por una pista de tenis junto a su buen amigo Novak Djokovic.

 

Operado después de su último partido

«La gente no lo supo y yo nunca lo conté. Al día siguiente me tomé un avión a Suiza y me volví a operar la rodilla. Esa fue mi quinta cirugía. A partir de ahí, nunca más hice públicas mis cirugías. Cuando en la conferencia de prensa previa al partido con Federico yo digo que probablemente sea mi último partido, ahí encontré un poco de paz».

«Corté con algo que me pasaba constantemente, que era ese: ‘Delpo, ¿cuándo volvéis a jugar?’ ‘¿te volveré a ver en un torneo?’ Yo no podía más con el dolor de pierna. Ahí me dije que esto lo tenía que hacer en perfil bajo, en secreto. Si llega a funcionar, hago un anuncio de que vuelvo realmente«.

Un sufrimiento continuo

«Me fui a Suiza, estuve allí como dos meses encerrado en un pueblo cerca de Basilea. Me operaron, hice rehabilitación y no funcionó. A los dos meses y medio me dicen ‘nos quedó otra cosita, te vamos a volver a operar’. ¡La sexta! Después, me fui a Estados Unidos, seguí rehabilitando y entre cirugía y cirugía probaba tratamientos».

«Debo tener más de 100 inyecciones en la pierna y en la cadera, en la espalda… Me infiltraron, me sacaron, me analizaron, me quemaron nervios, me bloquearon tendones… Un sufrimiento que tengo a diario. Y así vengo desde ese último día con Federico hasta el día de hoy, que no dejan de contar los dos años previos también desde el día de mi lesión. El partido este era para decir ‘chau, tenis’. No tengo más ilusión de volver a jugar porque el cuerpo no me lo permite«.

La primera operación, el origen de la pesadilla

«Cuando yo me operé la primera vez a mí el médico me dijo: ‘en tres meses vas a volver a jugar’. Esto fue en junio de 2019. Yo me había anotado en los torneos de Estocolmo, Basilea y París porque el médico me dijo: ‘anótate que llegas bien con los tiempos para jugar’. Y después, desde la primera cirugía hasta hoy, nunca más pude subir una escalera sin dolor. Un viaje a Tandil que hago a diario, de cuatro horas, tengo que frenar a mitad de camino, pararme y estirar las piernas».

«Me duele muchas veces para dormir, cuando me giro de lado me despierto porque me pegan unos pinchazos que son muy feos. Viene siendo como una pesadilla sin final. A diario sigo insistiendo en buscar soluciones, médicos y alternativas. Todavía no la encuentro. Todo empezó en aquella primera cirugía. La verdad es que cada vez que lo pienso me genera muchísima emoción mala. Me da mucha bronca, angustia, impotencia… Pero no lo puedo cambiar«.

Necesidad de desahogarse

«Siento que tengo que contarles cómo estoy porque me hace bien. Siempre tuve conexión con el público y tal vez este mensaje pueda inspirar o ayudar a otra gente. Como cuento mi vida cotidiana no es la que yo deseo. Yo era un tipo muy activo, al que le gustaba mucho hacer deporte, no solo jugar al tenis. De repente, me invitan a jugar a un fútbol y soy el que lleva el mate y se sienta afuera, o van a jugar al pádel y hago los videítos. Para mí esto es terrible. Además de que, desde lo deportivo, me quitaron la ilusión de hacer lo que siempre me gustó hacer que era jugar al tenis«.

Resignado tras tanta tortura

«Unas cosas son las piedras que pueden aparecer en el camino, como las lesiones que es lo más complicado para un atleta, pero otra cosa ya es el dolor emocional. Yo me sentía muy poderoso y fuerte en afrontar esas piedras que me aparecían y que siempre le ganaba. Dentro de lo lógico. Era fuerte pero al final del día me doy cuenta de que no sé si lo soy tanto. Lo de la rodilla, siento que me ganó«.

La despedida definitiva ante Djokovic

«Ojalá algún día se acabe porque quiero vivir sin dolor. Me puse de nuevo con la dieta, bajando de peso, me puse a entrenar. Quiero llegar lo mejor posible, lo más en forma posible. Pero es un evento, es un show para decir adiós. Ya no hay más vuelta atrás. Creo que el toque final se lo da Djokovic, que fue muy generoso en aceptarlo para venir. Para mí, más allá de ese momento personal mío, quiero que junto a la gente le demos mucho amor a él».

«Que él se lleve el mejor recuerdo de Argentina y sus fans argentinos. Si al menos por una, dos o tres horitas puedo tener un poco de paz en mi pierna, y disfrutar algo adentro de una cancha de tenis por última vez sería muy bonito. Y poder devolverles desde adentro y junto a Novak un lindo momento, tanto amor y cariño, y que se lleven un buen recuerdo de esa noche«.

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